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-14- tiempo que San Francisco predicaba en todas las partes con el ejemplo y de viva voz el reino de Dios». Esto es; que nosotros los terciarios hemos de ser los restaura– do!es de la vida familiar clíistiana, con el cumplimiento en nuestros hogares de cuanto ordena el artículo VllI del capítulo II de la Regla, con la imitación de cuanto nos enseñaron nuestros Patronos San Luis y Santa Isabel y tantos Santos de nuestra Orden que todos conoce– mos, firmes en la fé como nos dice la Epístola de hoy. Y después con ayuda de nuestro Seráfico Pa.J:lre e impregnados del apostolado que nos legara San Francisco de ·Asís a la busca de la oveja perdida de que nos habla el Evangelio de hoy, a la conquista de los hogares próximos que será la cristianización de nuestros pue– blos, que será la revolución cristiana a la que hemos sido llamados al vestir este santo escapulario y este seráfico cordón, que será el reinado en el mundo de nuestro lema o saludo: Paz y Bien. I

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