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-14- Descalzas donde fué sepultado su cuerpo. Con este poi·tento que duró un cuarto de hora iiustró el Señor el lugar del tránsito de su Siervo y señaló y santificó el de su sepultura. Al levantar el sagrado cuerpo despidió de sí tan abundante y suavísima fragancia, que se llenó el espacio de celestial perfume. . 28. Al morir el Varón Santo una persona de conocida perfección vió su alma subir al cielo. Tarobién fué visto ba– jar del cielo á la dereciha de San Francisco, quien con ánge– les y muchos Santos do su Religión iba á recibir el alma de un ilustre y muy santo Misionero, cantando el P. José el himno de los Santos Confesores á la dichosa alma que era conducida al cAlestial descanso. Y queriendo celebrar los triunfos apostólicos de . su siervo, también María Santísima descendió del cielo acompañada de multitud de ángeles é in– finidad de almas convertidas por él las cuales con festivos parabienes é indecibles acciones de gracias proclamaban sus triunfos. 29. La santa vida y numerosos milagros del Siervo do Dios hicieron su sepulcro glorioso. Los fieles de Monforte y otros lugares principalmente de Galicia acudían constante– mente y con grande confianza al Conv~nto de Franciscas Descalzas de dicha Villa, para implorar el valimento del que consideraron desde entonces y veneraron como poderoso in– t ercesor. La aut oridad eclesiástica inició los procesos canóni– cos para promover su beatificación y concluyó felizmente el P r oceso llamado ordinario, enviándolo á Roma á fines del pasado siglo. Las guerras de Napol~ón, y los trastornos con– tinuos de Europa interrumpieron de tal modo la marcha de la causa que llegó á perderse en Roma · el proceso; pero por disposición- especial del Señor que escoge el tiempo y modo de la glorificación de sus siervos, el proceso que se creía per– dido fué hallado últimamente intacto y con todas las condi– ciones de aut enticidad. Este felíz hallazgo ha permitido reanudar las santas tareas que, Dios mediant e, han de llegar

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