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Al día siguiente nos enteramos de que la enfermita estaba mucho mejor, porque le habían hecho una transfusión de sangre a eso de la hora 22, justo cuando acá son las 18, momentos en los que yo salía del Convento con el propósito de empezar esa noche la novena. A los tres días el encefalograma dio normal y al poco tiempo estaba como si no hubiera tenido nada. Quiero cumplir, pues, con mi promesa comunicándoles la gracia que me hizo Fray Leopoldo, y enviar también las 25 pesetas para el proceso de santificación. Muy agra– decida.» -Susana Taranco. NADIE LO HUBIERA CREIDO GRANADA.-«EI día 13 de julio, mi sobrina de tres años, Inmaculada Tamayo, se cayó de una reja donde estaba subida, quedando del golpe sin poder incorporarse, pues apenas se ponía de pie, se le doblaban las piernas y se caía al suelo como desma– dejada. Se la llevó al Hospital Clínico donde le hicieron una radiografía que acusó dos lesiones en las vértebras. El médico le dijo a la madre que habla que tener mucho cui– dado para que la niña siguiera el plan que le ponía de reposo, porque de ello depen– día el que la niña sanara o se quedara inútil para toda la vida. La llevaron al día siguiente al Sanatorio Ruiz de Alda. Yo, mientras, me quedé im– plorando a Fray Leopoldo que en su mano tenía el que la niña sanara, que no la dejara, que toda mi esperanza estaba en él, y asi, todo el tiempo que la niña estuvo en el Sa– natorio; y cuál no sería mi sorpresa cuando llegaron diciendo que le habían hecho una nueva radiografía y estaba completamente limpia. Yo, ni nadie, lo hubiera creído si no hubiéramos visto a la niña andar sola y al poco rato salir corriendo como antes de caerse, cuando aquella misma mañana, al ponerla de pie se caía al suelo exactamente igual que el día anterior. Estoy muy agra– decida al Hermanico y quiero publicarlo para su gloria, pues estoy completamente convencida de que sin su intervención, la niña no hubiera curado tan pronto.»- Lo/a Nevado Tapia. LE PARECIÓ QUE PEDÍA UN MILAGRO DEMASIADO GRANDE GRANADA.-«Cumplo una promesa he– cha, hace ya más de un año a Fray Leopoldo. 24 Habiendo nacido mi primera hija me– diante operación de cesárea, por defecto congénito mío, y encontrándome esperando otro hijo, me fue entregada una fotografía– estampa de Fray Leopoldo, a quien me en– comendé para que en esta nueva ocasión todo resultara más favorable, cosa bien di– fícil, pues por el médico había sido advertida de que había de ser operada de nuevo. El día 16 de junio del año pasado, presentóse el nacimiento y tras una espera de veinte horas, viendo la imposibilidad de que el nacimiento fuera normal, el médico deci– dióse a operar, ya que me advirtió que si la criatura llegaba a encajarse, nacería muerta. Mientras hacían los preparativos en el quirófano, confesé, y seguí pidiéndole fuer– zas y ánimo al Corazón de Jesús, de quien soy devota. De pronto me vino a la memoria la estampa de Fray Leopoldo, del que no me había vuelto a acordar desde que me dieron su estampa, y le dije : «Ya sabía yo que esto era un milagro demasiado grande para que lo pudieras hacer, te he pedido demasiado». No bien terminé de decirle esto, noté que. lo iba a tener. Se lo dije a mi madre quien salió del cuarto corriendo a llamar a la matrona, pues el médico había salido del hospital mientras preparaban el quirófano. Sin salir de mi habitación y sólo con la ayuda de la matrona, nació normal– mente mi segunda hija. Al regresar el mé– dico, ya estaba mi habitación y yo, como si nada hubiera pasado. Lo primero que me dijo fue : «Hija mía, puedes decir muy bien que esto ha sido un milagro». Yo así lo creo, y desde ese momento no he dejado de darle gracias e invocarle a cada momento. Prometí a Fray Leopoldo publicar esto, que yo creo un gran favor concedido por su intercesión y por ello le escribo a Vd . por si cree de interés este caso mío para el proceso de beatificación, haga uso de él.» María Do/ores Guzmán de Moraba/to. VARIOS AÑOS SIN PRODUCIRSE LOS ATAQUES SEVILLA.-EI caso que nos comunica y firma don Benigno González García, es el siguiente : «Desde 1947 padecía fuertes ataques al hígado, teniendo que inyectarse con fre-

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