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la libró de ponerse peor, de la bronquitis que padece, durante los cinco meses que duró la obra en invierno, con las puertas y balcones quitados. En acción de gracias, damos 250 pesetas.»-E. C. y C. C. ACLARANDO DETALLES VALENCIA. - «Comuniqué a Vd . la gra– cia tan grande que me concedió Fray Leo– poldo, pero lo hice sin pensar que se iba a· publicar; es más, creo que entonces no sabía que existía el Boletín, y me expliqué mal. Al leerlo en el mes de febrero vi que no era así, y que yo sin darme cuenta le había quitado importancia al gran favor. Digo allí, que la víspera de operarme des– apareció la inflamación, y ésta no es la pa– labra, puesto que yo no tenía inflamación, sino un bulto bastante grande en un pecho, que los médicos (uno de ellos es una emi– nencia) sin ponerme en tratamiento de nin– guna clase, decidieron que había que operar inmediatamente, y durante la operación que estuviera presente un histólogo, para ana– lizarlo por si era de carácter maligno (sen – cillamente : cáncer) y en ese caso, cortarme el pecho. Yo comencé una novena a Fray Leopoldo con mucha fe y confianza, aplicando una estampa con reliquia sobre la parte enferma ; y la gracia ext_raordinaria fue que la víspera de la operación, que coincidía con el día quinto de la novena, sólo unas horas antes, con todo ya preparado, clínica, médicos, etc., me desapareció el bulto, tanto que el médico quedó so~prendido, y me dijo que un caso así no es frecuente. Creo mi deber aclarar esto, puesto que una inflamación no tiene importancia que se quite tan de repente, pero sí un bulto en un sitio tan delicado.»– Pi/ar Morilla . UNA RELIGIOSA DE MÉXICO AGRADECE UN SINGULAR FAVOR APIZACO (Tlaxcala).- «EI día 25 de julio, a las once de la noche, me puse bastante grave por causa de cálculos renales, y al mismo tiempo se me reventó un tumor que yo ignoraba que existiera, pues era interno. El doctor dijo que él ya no podía hacer nada en mi favor, pues vio que mi rostro no daba esperanza de vida. Me tra- 20 jeron entonces la reliquia del Siervo de Dios Fray Leopoldo y me la pasaron por todo el cuerpo. Yo no sentí más que como si una mano suave pasara por mí. Inmedia– tamente sentí el alivio y cuando amaneció, me sentía perfectamente bien ; de tal mane ra que a las cinco de la mañana había dormido ya unas tres horas y tenía gran deseo de acudir al coro para rezar las Horas menores. Desde ese día no dejo mi estampita y la llevo con carino y gratitud.»-Sor María Guadalupe Vera. ESTABAN PREPARANDO EL ENTIERRO FUENTE PIEDRA (Málaga).- «Una amiga mía se encontraba gravemente enferma y desahuciada de los médicos. Yo hice la no– vena al Hermano, y le mandé a la enferma una estampa del mismo. Cuando la recibió estaba agonizando y la familia le había mandado ya hacer la caja para el entierro. Con sólo la vista, pues ya no podía hablar, le pidió al Hermano le concediera la salud. Hoy se encuentra curada. La enfermedad era incurable, pues tenía pus en el hígado y por su estado de enfermedad no podía ser operada.»-María Mérida . ENTREGA EL DINERO QUE TENÍA PARA UNA PULSERA A la portería de este convento se presentó una señora para hacer entrega de 2.205 pesetas, por encargo de otra señora de su familia que vive en Madrid, favorecida por el Siervo de Dios, y cuyos motivos, según los datos que nos refiere el Hermano por– tero, fueron los siguientes : Le nació un niño con un defecto de visión en un ojo que, a juicio de los médicos, pa– recía no tener remedio. Hubiera no obstante' existido alguna probabilidad siempre que se le hubiera intervenido en los tres primeros meses a partir de su nacimiento. No ha– biendo sido esto factible por diversas cir– cunstancias, se decidió la operación poste– riormente, casi a sabiendas de su inutilidad, pues a juicio de los técnicos el ojo presen– taba todas las características de haber per– dido la visión. En tan crítica situación, la madre del pe– queño lo encomendó con total confianza a Fray Leopoldo, prometiendo que, si contra

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