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H fRHY LEOPOLOO DE HLPHnDEIRE DICEN, CUENTAN... (Romance para Granado) Dicen que Fray Leopoldo. cuando rezaba el Rosario. los ángeles respondían sin cansarse de escucharlo. Cuentan que ya viejecito, vacilantes ya sns pasos~ San Francisco lo llevaba por las calles de la mano. Dicen que ante el «Monnn1ento», la noche de un jueves Santo, lo vieron como a San P edro, pero despierto y orando. Cuentan c¡ue si en las alforjas ele su pedir cotidiano, piedras le echaba el demonio en malclacl ele impacientarlo. Y que la Virgen entonces se las carnbinba en pedazos de pan, con sabor a gloria y en retorno de milagros. * * * Lo c¡uc yo sé es c¡uc nunca su paciencia le turbaron las penas que en cruz a cuestas lo subieron al Calvario, que ofendido una mañana. un misterioso soldado con aires de San Mjguel, saltó de pronto en su amparo; que San Francisco bendito lo tuvo siempre a su lacio, abrazándolo con Cristo en el ansia de su «Abrazo»; que en «su Jueves Santo» ya. nada me hubiera extrañado que el Señor sus pies lavara en un íutimo «Mandato»; y c¡ue a la Virgen rezó el Ave María tanto, que luces ele San Gabriel florecieron en sus labios. * * * Cuentan, dicen... y no acaban , de Fray Leopolclo hablando la gente ele su Granada: ¡¡los payos, y los gitanos!! FRAY SEBASTIÁN DE VrLLAYICJOSA, o. F.M. CAP. 17