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- 16- existe?-La unión, hermanos míos, existe en teoría, en el 1 J.?l'O· grama; en la práctica no; porque parn. uniros vosotros corn~J.1go, en la práctica no os contentáis con saber que soy catól~co Y fuerista; me pedís, además, que me a liste en vuestros pnrt1dos; y si mañana ocurren nue,as elecciones de diputados á cortes y yo, republicano por ejemplo en política, pero católico á macha– martillo y defensor entusiasta do los fueros vascos, me presen– to como candidato á solicitar vuestros sufragios,. no me otor~a– réis ni uno, los alfonsinos porque no soy alfonsmo, los c~rhs– tas porque no soy carlista, los inteO'ristas porque no soy inte– grista. Ved si tengo razón al afirm~r que la unión de los cató– lices vascos sólo existe en teoría, -en el programa. ¿Cómo ~1~ 1 :e· mos esa ~nión práctica, real, fecunda en bienes para la rehg10n y la patria vasca? Ya os lo he dicho: agrupándonos_ en tor~o de la bandera de San ~1iO'uel reconociendo por amigos Y aba– dos á. todos los que la sig~en: anteponiep.do el triunfo de esa bander3: al, ~e todas las banderas de partido. ¡Glonos1s1mo Arcángel San :M:iguel, que de~~e la cumbr~ de Aralarvelas, cualfielcustodio, por la conservac10n y prospen?ad del pueblo vasco! Mira cómo el demonio ha dividido y enc1za– fiado á tus hijos predilectos· mira cómo en vez de batallar con– tra los ~nemigos de nuestra' religión y nuestra raza, est~mo~ destrozandonos mutuamente; mira en fin cómo grae1us :.t nue~lras divisiones y disc~rdias, la i;npiedacl 1 y el liberalismo comienzan á apoderarse de la noble Vasconia. Tú que tanto nos qui~res, pon remedio á tan g rave mal; queden ahí sepul_ta– dos, baJo esa cruz que sobre tu cabeza ostentas, nues tros od10s y rencores; (menos á todos los vascos on el amor de J estís, y as!, unidos y com~actos, _guía.nos á lucha r bajo tus órdenes P?r D_1os y por 1~ patna. Y s~ á pesar do, lo que Dios y Vascoma p1~en, todav1a hay algmen entTe nosotros que embarace la umón ó _que de to_do en todo la repugno, no lo dejes, Angel mío, salir con su 1_nlcnto; desbarata sus planes, ata sus manos , ahoga su voz; y s1 osto no basta, blande contra él tu espada y sepúl~~le en los abismos . Son tus hijos quienes te lo ruegan; tus h1Jos que te aman do corazón y que esperan verte algún día en el Ciclo. Así SEA. A. M. D. G.

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