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10 resistencia de la reina-madre. Al fin consintid ésta en retirarse, confiando su causa al tiempo. El nuncio Bentivoglio consigna en sus cartas la participacin activa del Pa- dre Tremblay y le atribuye una no pequefia parte del éxito de la misma. Durante las negociaciones permanecié el P. Tremblay oculto entre bastido- res para no provocar la suspicacia de los principes rebeldes, que acompafiabar a la reina. Llegado de improviso y a altas horas de la noche al convento de Angulema, rog6 al P. Guardian que prohibiera a sus religiosos anunciar a nadie su presen- cia y, como se le preguntase la causa, contest6: «si fuera posible, desearia que ni atin se supiera que estoy en el mundo». Esto nos explica por qué Richelieu le solia llamar «tenebroso, cavernoso». : Asi termind, sin derramar una sola gota de sangre, esta tercera guerra civil. La paz de Angers (10 Agosto de 1.619) Esta paz debia ser muy precaiia, pues Luynes’ quiso jugar a dos cartas, alidndose con la reina y con Richelieu porque les temia, pero alejandoles lo bas- tante para que no le hicieran sombra. Los enemigos de Luynes se reunieron de nuevo junto a la reina desconten- ta, prepardndose para una nueva acometida. - Entonces el cardenal de Retz y el arzobispo de Sens propusieron al duque deoe que se sirviera del P. Tremblay para zanjar aquella nueva dificultad. Tan feliz fué su actuaci6n, junto a la reina-madre y Richelieu, que consiguié én pocos dias que se avinieran a recibir a los diputados del rey. Desgraciadamente la noticia de las negociaciones cundié demasiado pronto entre los principes rebeldes, que seguian dispuestos a enfrentarse con las tro- pas reales; pero fueron facilmente vencidos en Ponst de Cé. ‘Dice Richelieu en sus Memorias que ¢la resistencia que opusieron las gen- tes de la reina fué mediocre y grande su derrota>. Richelieu en persona hizo las tiltimas gestiones para terminar el tratado, que se firmé por fin en Angers, el 10 de Agosto de 1.619. Con la paz de Angers termin6 la cuarta guerra civil del reinado de Luis XIII. Cinco dias'mas tarde tenia lugar la reconciliacién solemne del rey y de su madre y la de los jefes rivales, Luynes -y Richeliet: Qued6é liquidada la guerra mediante la siguiente dutivnclou: el duque de Luynes pediria para Richelieu el capelo cardenalicio y éste, en cambio, ‘ofrece- ria la mano de su sobrina al sobrino de Luynes. Ambas cosas’se debieron a la iniciativa del P. Tremblay, como ie atestigua su mejor bidgrafo. : : Pacificacién del Bearne (30 Octubre de 1620) Desde el dia siguiente de la paz de Angers, presintié el P. Tremblay con la sagacidad de su genio que era llegado el momento de asestar el golpe mortal al partido hugonote francés. No bastaba ya colocarse en actitud defensive, era ne- cesario iniciar la ofensiva. Revolvianse amenazadores en el Bearne los protestantes franceses; Luy- nes queria pactar con ellos un acomodo, pero el P. Tremblay proclamaba con insistencia la necesidad de atacar sin demora”«uno de los mas fuertes ——— de la rebelién, peligro gravisimo para la autoridad. real». En una conferencia, que no duré menos de cuatro horas, deshizo todas ‘a

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