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9 La reina-madre mostré su agradecimiento al P. Tremblay, y el mismo Papa, Faulo V. dijo al Procurador general de los capuchinos, P. Clemente de Noto, estas palabras que son como la canonizacién del calumniado capuchino: «El P. José de Paris es un gran santo y un hombre enviado de Dios para esparcir en la Iglesia un suave olor, imitando al Salvador, que ha expuesto libremente su vida por ella.- ‘ Richelieu y el P. Tremblay <i teaee El P. Tremblay, que gozaba de una influencia enorme junto a la reina-ma- dre, fué quien abri6é a Richelieu el camino de los honores. «Con su sagacidad habitual sabia elogiar delante de Maria de Médicis los méritos considerables del obispo de Lugon, amigo suyo de antiguo, lo cual dejaba en el espiritu de la reina honda huella por provenir de un Padre, a quien estimaba en extremo» (Lepré- Balain.) En Junio de 1.616 Richelieu fué enviado a Bourges, gracias al P. Treinblay, para ser intermediario de la unién de la reina-madre y su alteza el principe de Condé, que de nuevo comenzaba a moverse; y en Noviembre de 1.616 fué nom- brado Richelieu miembro del Ministerio merced al P. Tremblay, quien «trabajé ‘ mucho en ello» (Lepré-Balain.) G. Hanotoux (1) observa que «el P. Tremblay supo deslizar en los ofdor de los grandes la palabra oportuna, que hacia se fijara la atencién en ese hom- bre tan sagaz y tan bien dotado.» Cuando Richelieu cay6 del poder, el 24 de abril de 1.617, con ocasién del asesinato de Concini, tampoco olvid6 al habil politico, cuyo concurso necesitaba para sus desmesuradas ambiciones. La paz de Angulema (30 Abril de 1.619) Con la subida de Luynes al poder, Maria de Médicis fué relegada al castillo de Blois, acompafiada de Richelieu; pero éste fué muy pronto confinado en Avi- fién, por haber sido acusado de aconsejar a la reina madre la rebelién armada. : Richelieu lleg6 en su desorbitada ambicién a escribir al rey, haciendo una muy humilde apologia de su conducta y reconociéndose «su mas obediente y fiel stibdito y servidor»; también escribié al P. Tremblay, conjurdndole a que inter- pusiera su influencia omnipotente delante del rey. La reina-madre huy6 de Blois a Angulema el 22 de Febrero de 1.619, causan- do enorme sensacién en la Corte, que se creia abocada a una nueva guerra civil. El duque de Luynes, «que no sabia lo que pesaba una espada», como buen arrivista tenia la idea fija de mantenerse en el poder, por lo que quiso esquivar esta nueva complicacién, que podia dar al traste cou todos sus suefios de gloria. Entonces se aconsejé6 del P, Tremblay, quien le propuso como mediador a Ri- chelieu, que gozaba de la confianza de la reina-madre. (2) Asi iba moviendo el P. Tremblay, como en un tablero de ajedrez, todas las cosas para llegar al logro de sus designios. El mismo Richelieu confirma en sus «Memorias» esta patticipacién inmedia- ta del P. Tremblay en su designacién. Las negociaciones duraron cuatro meses y fueron muy laboriosas; en ellas hubo Richelieu de llamar cerca de si al P. Tremblay, para vencer la obstinada (1) Histoire du Cardinal de Richelieu. (2) Weiss (Juan Bta.), t. X, 657.
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