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- ma- toda la justicia del cielo, todas las iras de la tierra y todas las furias del infierno, siendo saturado de oprobios, según de Él lo profeti- z6 Jeremías (Thren., 111, 30), y experimentan- do todas las tentaciones y debilidades, á ex- cepción del pecado, según de Él escribió San Pablo (Hebr., rv, 15), quiso que su Corazón en aquellos instantes supremos fuera como absorbido en un piélago de internos sutri - mientos, tan agudos en su calidad, y tan múl- tiples en su número, que no les han igualado ni les igualarán todos los dolores de cuantos hombres han existido, existen y existirán hasta la consumación de los siglos. ¡Oh sa- grado Corazón llagado por nuestro amor, cuánto es lo que por nosotros habéis sufrido! PUNTO SEGUNDO Según que van siendo, alma devota, más nobles y excelentes los deseos que Jesús te va inspirando en el decurso de este novena - rio, más excelentes y más nobles deben ser los adelantos espirituales que tú has de pro- poner para ir subiendo á la perfección. Y el adelanto ó mejora espiritual que Jesús desea introduzcas en tu vida, es la limpieza de con- ciencia ó la pureza de corazón. Es esta pure- za de corazón una de las cosas que más ha-