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4 CONGRESO REGIONAL lista, sabe vestir el uniforme de la humildad y de la penifencia, el uniforme se- rafico, cifiendo su cuerpo con nudoso cordén, y ostentando en su pecho el es- capulario o el habito de sayal de la Orden Tercera! Os llamaré con los Sumos Pontffices: «Nuevos Macabeos, soldados valientes de Cristo, y amigos predi- lectos de Jestis.» Y el nombre de casfra Dei campamento de Dios merece este santo lugar, y el de baluarte del cristianismo este numeroso y denodado ejérci- to de Terciarios franciscanos. Porque resulta sobremanera grandioso y encan- tador ver aquf reunidos, en {ntima fraternidad serdfica, millares y millares de al- mas de fodas las clases sociales, con la misma librea, con las mismas ideas en la mente y con los mismos sentimientos en el coraz6n, mezclados en santa union, el rico y el pobre, el patrono y el obrero, el sabio y el ignorante, el co- merciante y el labriego, cumpliéndose‘al pié de la letra lo que canta el real Pro- feta: simul in unum dives et pauper.jEsto es sublime; esto es hermoso sobre toda ponderacién; esta es la obra admirable del humilde y del pobrecillo Sera- fin de Asis. Y, adhuc est fides in Israel, atin hay fe en’ Navarra, ain hay espi- ritu franciscano en nuestros pueblos, ciudades y aldeas. Explicacion del tema Recibid, pues, una y mil veces la més completa enhorabuena por vuestra acendrada fe y piedad, por vuestro entusiasmo serdéfico; y seguid adelante, li- brando gloriosas batallas del Sefior en aguerrido y siempre invencible ejército franciscano, cuyo Caudillo y Capitan Francisco, mostrando la sangre de las cin- co heridas de sus cinco llagas, os alentaraé para que jamds seais cobardes y lucheis bien unidos en la santa fraternidad, frafernitatem diligite. Perono en una fraternidad masonica, filantrépica o ldica, sino en la sélida y verdadera fra- ternidad seréfica y divina, en una fraternidad sobrenaiural, por medio de la ca- ridad y del temor de Dios. De modo que vuestro lema sea no solo, frafernifa- tem diligife, sino también Deum timefe, amad la fraternidad y temed a Dios. Nada sin Dios. : De este modo la Orden Tercera, como decfa Le6én XIll, sera «el remedio mas elicaz para curar los males presentes, y el mejor medio para conducir de’ uevo el mundo a la verdadera y sélida practica del Evangelio»; puesto que las ‘res Reglas Serdficas son el mismo Evangelio compendiado y metodizado, y el propio San Francisco es el Evangelio personificado. Leer muchos rasgos de la vida de San Francisco, es leer el Evangelio puesto en practica, porque este Se- raffn en carne mortal no se aparté, como dice la Iglesia en el oficio divino, mec apicem, nec jota, ni un 4pice, ni una tilde, ni una jota de los preceptos y conse- jos evangélicos. Sigamos, pues, a San Francisco, y por medio de él seguire- mos el Evangelio; llevemos las almas a San Francisco, y, por Franciscum ad Jesum, \as llevaremos a Jesucristo; propaguemos la Orden Tercera, y con ella propagaremos la sélida piedad cristiana; establezcamos la gran fraternidad ca- {dlica con el espiritu de San Francisco entre los ricos y los pobres, entre los sapitalistas e industriales, entre los casinos, circulos, sindicatos, cooperativas, igremiaciones y toda clase de centros sociales; y la sociedad se regeneraré y ¢ Salvard, porque esta savia evangélica es la que ha de salvar al mundo, y no ios otros mil medios positivistas que se quieren excogitar, porque son puramen- \¢ humanos, econémicos, materiales e interesados. Mientras se desprecie la po- »reza, la humildad y la mortificacién de Jesucristo y de San Francisco y no cir- cule en toda la plenitud el Evangelio en todas las manifestaciones y obras so- ciales, domésticas e individuales, la cuestién social, que tan alarmante se pre- Genta en nuesiros dias, no se arreglara.

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