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57 Hom.- Amados hermanos: El! domingo pasado os habié de un programa satanico, de un plan infernal que debe ser realizado por tres demonios, ciego uno, mudo el otro y terco, tenaz el tercero, pa- ra triunfar definitivamente de las almas. El evangelio del dia toma oiro tono distinto; ya no habla del demonio, sino que nos presenta a Jesucristo tal como éi es, lleno de amor y ternura, previsor y com- pasivo. Es un Dios que se compadece en lugar de castigar: Misereo super turbam; es un pastor bueno que se aflige por la oveja desca- rriada en lugar de abandonarla: sicut oves non habentes pastorem; un maestro que ensefia sin cansarse nunca: caepit i/los docere mul- fa; un médico que cura, curavit /Janguidos; un padre que bendice y reparte el pan a sus hijos: accepit panem et distribuit discumbenti- bus. Es pues el evangelio del dia una confirmacién manifiesta de la Providencia admirable que Dios tiene de! hombre y que a mf me va a servir de materia para entreteneros unos instantes, 1.° Existencia. 4Qué es la divina Providencia? Es—dicen los ledlogos—una razén Superior que conduce fodas las cosas a su fin ya general, ya particular, 4Veis ese general que dirige una _ batalla, proveyendo a todo el ejército del armamento necesario y que tiene cuidado del movimiento que debe realizar cada soldado? Y ese pa- dre de familia que después de haber engendrado su hijo, ie va crian- do, daéndole el alimento, proveyendo a su instruccién y gobernaéndo- lo hasta que alcance su definitiva colocacién? Ese general es la Pro- videncia de sus soldados; ese padre es la Providencia de su _ hijo. Cuando decimos que Dios es providencia, repetimos esta frase de S. Agustin; Dominus habet curam tui...nusquam fibi deest. No voy @ cansaros en largos discursos, las mejores razones son las obras, y estaS son luminosas y convincentes en lo que afec- taa N.S. J. Cristo. Su Providencia comienza yaen el paraiso. Ve que Adan ha pecado y que no puede reconciliarse con Dios, ni ad- quirir su primera dignidad; y se presenta al Padre celestial, pidiéndo- le un cuerpo apto para un sacrificio satisfactorio. Concedida por el Padre la Encarnacion, quiere desde aque! momento hacerla eficaz y salvar con ella a Adan y a Eva y a cuantos crean en su palabra; pa- ra esto provee al género humano de un pueblo y de un organismo sacerdotal que mantenga fresca su promesa, para que en fodo mo- mento sea la tabla de salvacién. Llegado el momento determinado, baja del cielo y aparece lleno de gracia y de verdad, desterrando del mundo las tinieblas y el pecado. Miradlo: es el Maestro que predica el sermon de la montafa: es el pasior que va en busca de una oveja per- dida: es el padre que abre sus brazos al hijo prédigo; es el médico que sana enfermos y resucifa muertos: es el Dios que se da en ali- mento y que muere por el hombre, Esto y atin mas es J. C. demos- trando a todo el que quiera ver que si fué Creador, es también Con- servador y Gobernador del mundo. ‘ Providencia: una razon su- perior que con- duce todas las cosas a su fin ya general ya particular: ejemplos. Pruebas de su existencia. Jesucristo pro- videncia del hombre caido. i i ; | i ee eerie —
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