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i EE Se oleereeele te x -cpgmdetce eee 32 las restantes, de imagenes, sucesos que tenia a la vista. Probable- mente pronuncié esta parabola en una plaza a la vista de un gru- i po de trabajadores, de braceros que estaban esperando a que al- guien los contratara, como sucede atin hoy en no pocos pue- blos de Espafia. Morier cuenta en su viaje a Persia que observé esa costum- bre y que recordando la parabola de Jestis, hizo la misma pregun- ta a unos hombres que permanecian ociosos en la plaza a hora muy avanzada del dia y obtuvo la misma respuesta, porque nadie nos ha contratado. (1) «* Hom. . Profundisimas son las ensefianzas de nuestro bondadoso Jesus en esta parabola, tan profundas y sublimes que han dado lugar a interpretaciones muy variadas. Sin embargo e! sentido literal es Yortndietons bien sencillo; y lalecci6n que quiso dara los discfpulos, compren- aus Gr aan sible en extremo, si se tiene en cuenta que se habian ya suscitado Evangelio. cjertas cuestioncitas sobre preeminencia entre ellos: guis eorum videretur esse major, que, como es natural, alegarian algunos su Disputas7entre antigiiedad ai servicio de Jesis como titulo de superioridad y que la pon Boag ooo envidia habfa comenzado a roer algunos corazones: al ver que hom- nencia‘motivan bres que habfan venidoa ultima hora a la compafifa de Jestis eran la leccién que rp ; 7 . 9 Jesucristo tan consideradvs o mas que ellos: gui portavimus pondus diei et les da. oestus que llevabaa tan largo tiempo en su servicio. El divino Maestro les amonesta suave, pero enérgicamente, con palabras que rara vez brotaron de sus labios: Amigo no fe hago in- juria alguna, puesto gue te doy lo que es tuyo, el salario ajustado. Tu toma lo tuyo y vete, gue a esfe ultimo yo quiero darle como a ti. gNo puedo hacer de /o mio, lo que me agrade? %Por qué has de tener envidia de que yo sea bueno, de que sea generoso? El bondadoso Jestis, maestro sapientisimo, con frase tan enér- gica ensefié a sus discipulos /res verdades capital/simas. Dilan seek Primera que no depende de nuestra voluntad el ser llamados a dad: no depen- Ja vifia del sefior, a la Iglesia santa, a la vida de la gracia; y por de de nuestra ee > ; voluntad el ser COnSiguiente que noes El quien debe agradecernos el. haber llegado a. a primera hora, que no es favor que a Dios hacemos, sino favor que El nos dispensa, somos nosotros los que debemos agradecerle, co- Non vos me ele- ii ; ye ; gistis, sed ego MO ya dijo en otra ocasién: Non vos me elegistis, sed ego elegi elegi vos. ¢ vos Joann, XV, 76.) a : Segunda que el trabajo que hacian en la vifia del Sefior grande o Segunda: nues- ‘ . tro trabajo en pequefio, de larga o corta duracién, no habfa de quedar sin recom- Byers fakes pensa, sin salario: Voca operarios et redde illis mercedem... y que sin recompensa ese salario no se habia de medir por la duraci6n del trabajo, ni_por (1) Morier: Second journe thronyh Persia, p. 265.

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