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28 humano y de la ofra redenci6n més intima, la santificacién del pe- cador. Hableos de un leproso y de un enfermo curados por el Sefior, y os dije que los tales enfermos eran simbolo del género humano, car- gados con la lepra del pecado original, simbolo de nosotros mismos, cuando tenemos la desgracia horrible de cometer un pecado grave, os hice ver cémo baj6é Dios nuestro Sefior del cielo a la tierra a redimir y sanar ese género humano, como baja de continuo para redimirnos y salvarnos del pecado. El evangelio de Hoy vengo a deciros que el evangelio del dfa, tomado de San hoy profecia Mateo cap VIII, 25-27: es también un compendio mejor dicho, una clarisima sobre el porvenir de profecia clarisima a la par que consoladora de la Igiesia fundada por lalgiesia,de sus ‘ empefiados com el Saivador; de los combates que ha de sostener, y las tormentas por bates y.admira- que ha de pasar, y los triunfos que ha de conseguir sobre el infierno; , Zi 2 profeciaademaés y es una profecia también clara y tambien consoladora sobre nuestras de los combates ‘ : 3 3 y triunfos del propias almas, ce los triunfos que los justos han de conseguir sobre alma justa que ; ‘ : a eva consigo 2 el mundo, el demonio, y la carne siempre que consigo lievena Jesu Jesucristo. cristo. La navecilla es Esa navecilla lanzada en medio de un mar tempestuoso, juguete lalglesia santa. ge jas olas, arrasirada por los huracanes, precisada a sortear de continuo arrecifes y rocas ocultas traidoramente bajo las aguas, es la Iglesia santa, la Iglesia nuestra madre, la navecilla que nos tras- porta al cielo. Combates. Los Basta con recordar la historia de la Iglesia, para convencerse de Emperadores y a ‘ “ 7 tiranos, los per- (ue han sido terribles las pruebas a que se ha visto sometida. Du- suppres | €e rante los veinte siglos que lleva de existencia, el demonio miles de pos. veces ha tomado en sus manos los poderes de la tierra y los ha lan- zado contra ella, descargando sobre ella la fuerza de las leyes, el despotismo de los tiranos, la rabia del verdugo; y los cristianos mu- rieron a miles y su sangre corrié a torrentes. Tefiidos en sangre apa- recen los nombres de Tiberio, Neron, Heliogdbalo, Diocleciano, Maxi- miano, Juliano y otros innumerables. Los enemigos Apoderése el demonio de la bayoneta del soldado y la desenvai- a gaeke cris né en ocasiones mil contra el pueblo cristiano, indefenso la mayor parte de las veces. Los persas, los baérbaros, los arabes, los tarta- rus, los musulmanes juraron convertir la Europa cristiana en un mon- tén de ruinas, convertir el Vaticano en cuadras para sus caballos, exterminar hasta el nombre de cristiano. La ciencia al Apoderose de la ciencia y de la literatura y la lanz6 contra la na- oa '@ vecilla de la Iglesia apelando para hundirla a toda clase de argumen- fos, invocando los postulados de todas las ciencias, manejando la calumnia y el sarcasmo. Los heréjes. Apoderése de la misma raz6n humana, infilirése en la_inteligen- cia de los mismos cristianos, y por medio de las herejias quiso per- forar solapadamente el suelo de la nave. Sy sant sig bln Sipe fo visas

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