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16 dre, débil mujer, emprender un viaje largo, penoso, erizado de peli- gros, por e.itre aridos desiertos; un viaje de 52 leguas que duraba tres dias integros por observar un precepto de la ley, de santificar el dia de Pascua, precepto que en realidad ni a uno ni a otra obligaba, al i uno por ser Dios, y a la otra por ser mujer. | Segunda: San- Aprendamos a oir la Santa Misa {ntegra y a no salir de la igle- 1 ! tificacién del . i ; 2 dia festivo. sia hasta que esté terminada del todo, a acudir a las Visperas y san- Ht tisimo Rosario, a oir la palabra divina; viendo a la sagrada familia i] permanecer en Jerusalén, en e! templo santo, no los dos dias obliga- AP torios, sino toda la semana; aprendamos a tener la iglesia como ca- sa nuestra, donde de continuo mora Dios que es nuestro Padre, los At Angeles que son nuestros hermanos. , Tercera: El fin Aprendamos una lecci6n de transcendencia suma y por desgra- Mf seas smo det cia harto olvidada hoy por la mayorfa inmensa de Jos cristianos, que gloria de Dios, tenemos una misién divina en este mundo, que es dar gloria a Dios, Ab sicivino serv cumplir su voluntad santisima, y de ese modo ganar el cielo; mision ; cion del alma. que esta sobre los negocios, sobre los apetifos y pasiones, sobre el mundo, sobre los padres, sobre la misma autoridad, cuando esta { a aquella se opone, o contra aquella lucha. i Cuarta: El hom- j 1 aoe cen ke oar Aprendamos el jugar donde hemos de encontrar a Jestis, cuando ' | dido a Jesucris- hemos tenido la desgracia horrible de perderlo por el pecado mortal, _ to, debe bus: on ta iglesia, a los pies del Confesor, en el humilde y retirado Sa- ) mente 7 grario y aprendamos a buscarlo sin dilaci6n sin pérdida de tiempo. | iglesia. Pero aprended sobre todo, padres cristianos, el cuidado sumo, la vi- i gilancia grande que habeis de ejercer sobre vuestros hijos. Y esta es | la leccién que quiero grabar en vuesiro corazén y vuestra inteligen- i cia con caracteres indelebles que nunca y con nada se borren. Seite yee Padres y madres cristianos: jmagnum habetis pretiosumque de- ucacion de posifum, filios, ingenti illos cura servate! teneis en yuestras manos los hijos: ma" un tesoro preciosisimo, un tesoro inestimable que no se puede com- cone it prar ni con todo el oro ni con toda la plata del mundo, tesoro que va- lios, ingenti i- le mas que las vidas de todos los hombres, la existencia de todos los cura Sr ios mundos; un tesoro que solo pudo ser comprado con la sangre cion de los hk de un Dios; ese fesoro son vuestros hijos; guardadio con cuidado cién gravisina. sumo, os diré con S. Juan Criséstomo. Tened muy presente que no i os ha dado Dios N.S. la misién de engendrar y criar hijos tan solo, os ha dado otra mas grande la de llevarlos al cielo, no os ha confia- Es de una tras- do un cuerpo, os ha confiado un alma que es como cera blanda en cendencia. ; ‘ ae ” ‘ la que habeis de imprimirlo la imagen de nuestro Salvador dulcisimo o la imagen del pecado; cera blanda de la que habeis de hacer An- geles del cielo o demonios del infierno, campo abonado donde ha- beis de sembrar y cosechar un santo 0 un condenado, una joya, una perla para vuestra corona del cielo, o un eterno baldén, un eterno remordimiento. Que sf, que en vuestras manos estén la vida y la 1% muerte; «in manu tua vita ef mors», porque como dice la misma Escri-

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