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15 retrasdndose. Maria Santisima y San José se apercibieron de la falta del Nifio la primera noche, al recogerse sin duda, y probable- mente en Béeroth. Sin pérdida de tiempo comenzaron las averi- guaciones. Et factum est post triduum invenerunt illum in templo se- dentem in medio doctorum, audienten illos et interrogantem eos. Stupebant autem omnes qui eum audiebant super pru- dentia et responsis ejus. Sentado en medio de los doctores. En ésto Jestis se acomod6 a la costumbre establecida. Los discipulos se sentaban a los pies de los doctores y respondian, pero tenian derecho a preguntar; y tanto en las preguntas como en las res- puestas dejé entrever Jestis algo de su sabiduria infinita y queda- ron pasmados los doctores. Et videntes admirati sunt. Et dixit mater ejus ad illum: Fili quid fecisti nobis sic? ecce pater tuus et ego dolentes querebamus, etc. Palabras en que el carifio, la queja amorosa, el dulce reproche, el gozo del encuentro se desbordan del corazén de la madre y se agolpan a los labios. Et ait ad illos: Quid est quod me quoerebatis? Nescieba- tis quia in his quoe Patris mei sunt, oportet me esse? Respues- ta sublime en que el Nifio Dios sefiala al corazén de la madre los deberes para con Dios y para con los padres y qué deberes deben triunfar en caso de conflicto. Primeras palabras de Jestis conserva- das por la tradicién que revelan el fondo de aquella alma y nos expresan su preocupacién continua, su misién celestial: Dios y las cosas de Dios. Et ipsi non intellexerunt verbum quod locutus est ad eos. Et descendit cum eis et venit Nazareth et erat subditus illis. Et mater ejus conservabat omnia verba hoec in corde suo. Et Jesus proficiebat sapientia et oetate et gratia apud Deum et homines. La sabiduria y gracia de que habla el Evangelista no es la sabiduria en si, sino su desarrollo, su manifestacidn que habia llamado ya la atencién de los doctores del templo. * * * Hom.—Aprendamos, amados oyentes, las divinas lecciones que nuestro sapientfsimo Maestro comenzé a ensefiarnos ya desde los doce afios. Aprendamos a no dispensarnos de oir la Santa Misa los dias festivos por motivos fitiles, a santificar los domingos dejado el trabajo, a observar con exactitud los demas Mandamientos de Dios y de la Iglesia; viendo a Jestis Nifio de doce afios, a nuestra dulce Ma- Lecciones del divino Maestro Primera: Ob- | ser vancia de los mandamien- tos de Dios y de la Iglesia.

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