BCCPAM000522-3-21000000000000

201 dos los enviados: Et interrogaverunt eum et dixerunt: quid er- go baptizas, si tu non est Christus, neque Elias, neque pro- pheta? S. Juan no quiere irritarles mas, y con mansedumbre inespe- rada, con claridad meridiana, les dice quién es él y quién es el Mesias y las relaciones que entre ellos median: Respondit eis Joannes, dicens: Ego baptizo in aqua: medius autem vestrum stetit, alusi6n al bautismo de Jesucristo, guem vos nescitis. Ipse est qui post me venturus est: cujus non sum dignus ut solvam ejus corrigiam calceamenti. Termina el evangelista diciéndonos dénde tuvo lugar este in- terrogatorio. Haec in Bethania facta sunt trans Jordanem, ubi erat Joannes baptizans. Para dar a este relato todo: el alcance que tiene, hay que tener en cuenta que el evangelista, al transcri- birlo, tenia presente a un grupito de Judios que se mantenia fiel al Bautista y que le veneraba como el Mesias. * "* Homilia.—La escuela de S. Juan Bautista. Lieno esta todo el sa- grado Evangelio, como campo de espigas en saz6n, de salubérrimas lecciones y utilfsimas ensefianzas; mas especialmente el Evangelio de hoy es por maravilloso modo cétedra, donde pueden aprender los fieles y los sacerdotes; prado donde crecen suavisimos frutos asf pa- ra las ovejas como para los pastores, fuente abundante donde pueden apagar la sed de la sana. doctrina los rebafos del Buen Pastor y los que apacientan sus greyes. Bautizaba S. Juan en las riberas del Jordén y exhortaba a sus oyentes, cada dia més numerosos, a la penitencia, cuando se le acer- c6 un pequefio grupo de judfos que le preguntaron: ¢«Quién eres tu? ¢Eres por ventura el Cristo, eres quizé Elias o eres algin otro pro- feta>? Aquel hombre austero que, apartado del bullicio de las ciuda- des, asombraba con sus penitencias a cuantos le veian, aquel hombre que vestfa risticamente y se alimentaba de los frutos del campo, aquel hombre que en las margenes del Jordén predicaba y bautizaba a los que se le acercaban, lIlam6 la atencién de los judios. 4Serfa aquel el Me- sfas esperado? ¢Tal vez Elias? Al menos no podia menos de ser al- gin profeta. E] Bautista ataja sus preguntas con triple negativa. No, él no es el Cristo, ni es Elfas ni es tampoco ningtin profeta. Dos verdades if Pero el Bautista conoce perfectamente su misién y la cumple a aap Bg a maravilla; rehusa el hablar de él y pasa a hacer la apologfa del Me- _- ae sfas: cujus non sum dignus ut solvam ejus corrigiam calceamenii, Sad. : y describe luego de mano maestra la actitud del mundo frente a fren- “© a 15

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz