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199 lador de los enemigos de! pueblo, gran conquistador de reinos, con tantas riquezas en sus manos que pudiera hacer de todos sus subdi- Para quienes : tenian una idea tos otros tantos reyes; y al verlo c6mo_ se presenta Jestis, humilde, — faisa del despreciado, predicando la pobreza y el amor al enemigo, le despre- Mesias. ciaron, en lugar de aprovecharse de la dicha que les ofrecié. Otros hubo que oyeron sus palabras, admiraron sus prodigios, aplaudieron sus ensefianzas; pero no siguieron sus huellas, ni practicaron sus para quienes consejos y al fin... le olvidaron... Huboen fin quienes se escandali- sr cae " zaron de Jesucristo y fué éste para ellos ocasién de ruina, porque le vieron tratar con carifio y familiaridad estrecha a los pecadores, alos publicanos, y gente de bajfsima estofa. Al ver que se repite la histo- ria y que atin el dfade hoy muchisimos hombres que no aciertan a4 es. creer en la divinidad de un Crucificado y de un Mendigo; al ver que llosos. otros, si admiran su doctrina y sus prodigios, no siguen sus ejemplos ni conforman la conducta alos divinos mandamientos; cuidémonos de huir este peligro y esforcémonos por recibir debidamente a quien Preparémonos presto va a venir para ser el remedio de todos nuestros males y des- para recibirle. dichas. Recibémoslo como el ciego recibe el don de la vista, el sordo el ofdo, el enfermo Ia salud, el esclavo la libertad, el pobre su reden- cién. Para ello sera muy conveniente el considerar con frecuencia en estos dias: cuales y cudntas son nuestras miserias y para qué viene Jestis a este mundo. AUS
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