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etoa ee ft AAS eeCTE Separate Sas Cam Ae a ron aOR ipa a A a 198 Primero: abrazandose con la pobreza, quien era el Sefior y crea- Abrazandose or de todas las cosas y viviendo tan unido y cefiido a ella durante con la pobreza. toda su vida que al final de esta pudo con raz6n y derecho pleno ex- clamar: Vulpes foveas habent et volucres coeli nidos: Filius autem hominis non habet, ubi caput reclinet. (1) Segundo: escogiendo para discfpulos y propagadores de su obra a y de su doctrina, no a hombres sabios, pod2rosos, ricos de bienes de ogiendo 4 . discipulos fortuna o de linajuda estirpe, sino doce pobres pescadores, lo Ultimo pobres. —_y mAs pobre del pueblo judfo. Paiiadado ta Tercero: poniendo como base para la restauracién del mundoy . eza como redencién del hombre la desnudez mas absoluta, la pobreza més ex- pase para l@ tremada: Oui non renuntiat omnibus, quae possidet, non potest meus género humano esse discipulus, (2) Y la vida de Jesucristo desde sus primeros vajidos, recostado so- bre un pobre pesebre hasta su dolorosa muerte sobre un madero, sus ensefianzas celestiales, los discfpulos que le siguen, forman un himno grandioso entonado en honor de la pobreza. Contemplando este su- blime espectdculo, exclam6 un gran orador: Ahora comprendo el sen- tido de aquellas palabras: honorabile nomen eorum coram illo. (8). Basta que uno sea pobre para que Jestis le mire con predileccién con ternura sin Ifmites. S6lo en una mente divina caben ideas tan sublimes Predileccion de y tan ajenas al modo de pensar del hombre: sélo la mano de un Dios Jests por el menesteroso. omnipotente pudo levantar al pobre de la abyeccién en que se encon- traba al trono que hoy ocupa, al mismo trono de Dios. iQué rayo de esperanza dulcisima no debe iluminar nuestros co- razones harto apesadumbrados por la pobreza, por las enfermedades y las miserias de este mundo! Cuando uno lee despacio este evangelio y lorumia detenidamente, se siente dichoso en medio de la pobreza, y comprende cémo los santos, un S. Francisco de Asfs, llegaran a ena- morarse de ella tan perdidamente. j|Qué consuelo siente en su pecho y qué alivio en sus penas, al ver tan pr6ximo el remedio de ellas, al sa- ber que esté ya muy cerca el que viene a dar vista a los ciegos, ofdo a los sordos, salud a los enfermos, y a los pobres tee i un reino eterno y bienandanzas sin Ifmites. Nos previene empero el Sefior a continuacién contra un_ peligro. one Puede ser ocasi6n de ruina y de desgracia, quienes, y viene a ser, ae aaa nuestru bien y remedio. Beafus gui non fuerit scandalizatus in mel! La historia nos dice que para muchos judios fué Jesucristo ocasién de ruina y de desgracia. Y lo fué: para unos por una idea falsa que tenfan del Mesias; esperaban Mesfas glorioso, un héroe judfo, debe- (1) Mat., VIII, 20, ; 5 | (2) Luc., XIV, 33. : i @) Ps., LXXI, 14.

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