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197 Qui autem habet aures audiendi audiat:juiciosa advertencia y digno remate, con la que el Sefior apremia a los oyentes, para que abran los ojos y se den cuenta de la transcendencia del momento. * ** Homilia.—Es grande el acierto de nuestra Madre la Iglesia al leernos hoy y proponer a nuestra meditacién este relato Evangélico. Muy cerca de Navidad y para prepararnos mejor a recibir al Salvador divino en nuestras almas, nada mas a propésito que descubrirnos quién es Jesucristo, y a qué ha venido a este mundo, y cémo le hemos de recibir. £Quién es Jesucristo? ZEres ti el Mesias prometido y de tantc ; afios esperado? Tues gui venturus es, an alium expectamus? A | ee a Z hablaron los discfpulos de Juan; y gcual es la respuesta del Salvadoi > oe ae Bien sencilla por cierto: /d y decid a Juan Jo que habéis visto y ofdc , tra considera- , ; cién en este decidle que ven los ciegos, que andan los cojos, y los sordos oyen, dia: y los muertos resucitan y son evangelizados los pobres. He aqufla respuesta de Jesucristo, respuesta que contiene dos Quiénes Jesu- i ‘ cristo, a qué afirmaciones claras y terminantes, y al mismo tiempo consoladoras viene'a este en extremo: primera por ser él el Mesias, el deseado de todos los "undo y como pueblos y naciones, la esperanza del género humano: segunda, que recibir. viene a este mundo para remediar todos nuestros males. : El pobre, el enfermo, el débil, el esclavo. Tales eran, segiin las Jape So historias lo cuentan, los seres mas abyectos y més desgraciados del mundo. Pera ellos ni hab/a carifio, ni habia amor, ni gozaban de de- viene a reme- recho alguno. Ser victimas del poderoso, viles instrumentos ‘de un matin A amo caprichoso, era su triste destino en este mundo. La pobreza la esclavitud que de ordinario iban juntas, era un estigma ignominioso, Lamentabie efa una mancha, una desgracia. Hubiérase juzgado una locura la ve- s ar & neraci6n al pobre, el amor al esclavo, y desvario grande llamar viitud clavo antes de a la pobreza. Teas ~ Verdad es que la legislacién mosaica prescribe deberes y obliga_ =: ciones de los poderosos y de los ricos para con los pobres y para y i patie con los débiles, y pondera cudén grato sea al Sefior el socorro a ellos judio. prestado; pero no es menos cierto que los israelitas se mostraban harto sordos a tales prescripciones y la suerte de aquellos desgracia- dos no era entre los judfos mucho mas envidiable. Es Jesucristo quien en este terreno lleva a cabo la obra mis gigan- tesca que han visto los siglos, la mayor revolucién que ha tenido lu- La grande obra . . 7 de Jesucristo gar en el mundo. Para que nosotros hubiéramos podido apreciarla en y medios de su justo valor, necesario hubiera sido el vivir en los sigios anteriores ome pt we ly a Jesucristo. Y Jesucristo lleva a cabo esa obra:

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