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—— oe SERRE eae ny arene remem ammee Sone npeateetom ea oe gre: etree ese = Lre RI RAT vs Sains eel Fr * CRR E™ ¢ 184 encenagado en los vicios més repugnantes, haciéndose reos de/ cuer- po y de la sangre del Sefior, como dice San Pablo, y ese manjar de vida eterna conviértese en el més mortifero veneno, que les acarreara su propia condenaci6n. {Ved los tremendos castigos que Dios reser- va a estos tales! Son merecedores de que la tierra no los sostenga y los trague vivos. Oid un ejemplo que refiere San Cipriano. Ejemplo de una Una mujer después de haber comido carne sacrificada a los ido- mala comunion jos, se acercé a la sagrada Mesa y recibié la santa Eucaristia. Pero en vez de ser para ella alimento nutritivo, fué veneno; porque se le qued6 la sangre de Jesucristo entre el cuello y el est6mago, de modo que casi se ahogaba. Después de sufrir terribles convulsiones, cay6é muerta, en presencia de los circunstantes que quedaron aterrorizados. El enorme pecado que ella intent6 disimular, no qued6é impune, pues si pudo engafiar alos hombres, no logré sustraerse a la venganza divina... Confesad pues, concluye S. Cipriano, vuestros pecadosy acusaos de ellos, mientras goceis de vida a fin de que Dios oe la absolucién dada por los sacerdotes. Procurad acercaros a menudo a Jess con un coraz6n puro y lim- pio de toda culpa y con fe viva, tocadle, no como le tocaron las tur- bas, sino como le tocé aquelia buena mujer, llamada por su enferme- dad la Hemorroisa. Comprimi6 a Cristo, dice S. Agustin, Ja turba de los muchos, tocé a Cristo la fe de los pocos. Tocadle con aque- Siemans ee lla viva fe y amorcon que le tocaba S. Felipe Neri, quien en la ele- San Felipe vacién de la Sagrada Hostia y de la preciosisima Sangre, no podia Neri. alzar ya las manos, sintiéndose él levantado enlos aires, y experi- mentaba tanta suavidad e!] gustar el Cuerpo y Sangre del Sefior, que se lamfa los labios y los dedos y volvfa una y otra vez a ponerse el céliz en la boca, y concluida la Misa, quedaba tan abstraido de los sen- tidos, que mds parecfa muerto que vivo. Tocadle con aquella ansia con que le tocaba Sta. Catalina de Sena, quien, al comulgar tan co- piosas consolaciones recibfa, que su cuerpo torndbase 4gil y vigoro so, sin que necesitase tomar alimentos propios de su naturaleza y el dia que no comulgaba, parecfa que estaba a punto de expirar. Santa Veréni- Tocadle como le tocaba Sta. Verénica de Julianis alaedad de 10 ca de Juliani. sho, cuando hizo su primera Comunién, la cual apenas gust6 el sa- broso Manjar, sintié abrasarse su interior, y con toda candidez pre gunt6é a sus hermanas, si ese era el efecto de la Sagrada Comunién eee y cudnto tiempo duraban aquellos ardores. Y para citaros un ejemplo ah. — bastante reciente, tocedie con fe viva, como un buen viejo, muerto a amor y sus los 91 afios de edad en Génova, el 17 de Octubre de 1879, quien dijo a frutos seran su confesour: «Padre, yo temo comulgar todos los dias, porque no soy digno (80 afios hacfa que comulgaba diariamente pero si no comulgo no puedo sosegar en todo e/ dia.»

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