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162 dicere: surge et ambula? En modo alguno dice el Salvador, que sea menor el poder de perdonar los pecados que-el poder de hacer milagros; dice que es mas dificil sanar un enfermo por milagro, que decir la frase: tus pecados te son perdonados, con lo que res- ponde al pensamiento intimo de los escribas que sin duda se de- cian: una cosa es decir y otra es hacer. Y para demostrarles que sus palabras no hansido vanas e ineficaces: Ut autem sciatis, quia Filius hominis habet potestatem in terra dimittendi pe- ccata (tunc ait paralytico): Surge, tolle lectum tuum et vade in domum tuam, et surrexit et abiit indomum suam. Videntes autem turbe timuerunt et glorificaverunt Deum qui dedit ta- lem potestatem hominibus. ** Homilfa.—Tan acertados y hermosos son los comentarios que los SS. Padres han hecho al Evangelio del dfa, que prefiero no decir nada de mi cosecha para dar lugar a que saboreeis en toda su _ belle- za cuanto los Padres nos dicen. Dicenos S. Agustin: Es el paralftico la imagen del alma, esclava El paralitico del pecado. En modo alguno puede valerse de sus propios miem- simbolo del ‘. alma. bros, ni para salir del pecado, ni para romper sus cadenas, ni para hacer obras sobrenaturales, ni para ganar el cielo, amén de la flaque- za y debilidad para todo lo bueno y propensi6én al mal y al pecado; y es Jesucristo, su doctrina divina, su gracia sobrenatural, sus sacra- mentos, quienes han de resucitar y sanar el alma: quienes le han de sacar de la esclavitud del pecado e infundirle el poder, la virtud para ejecutar obras sobrenaturales, y para merecer el cielo; quienes han de robustecer sus fuerzas, y sostener su flaqueza, y llenar su pecho de santos arrestos, e inspirarle empresas herdicas; quienes le han de convertir en morada de la Trinidad beatfsima, habitaci6n del Espf- ritu Santo, hijo adoptivo de Dios y su amigo, hermano de los Ange- les y rey de lo creado. El alma no : puede ir a Jesu- Pero el enfermo, el paralftico no puede ir por sf mismo por su pie cristo p r st al Salvador. Le son necesarios quienes le lleven. Asi acontece a la pobre alma. No puede ir a Jestis por su pie. Le son necesarias: la fe que le diga quién es, dénde se encuentra el Redentor, la fe que le per- suada que en El se halla el remedio para sus males, la medicina para ta hen Gh gee sus enfermedades, la fuerza para sus flaquezas, el poder y la virtud ia fe la gracia Para su impotencia; la gracia que le tome de la manoy le lleve a la y el sacerdote. presencia del Salvador; los ministros de la Iglesia que le 'preparen, aseen, lo presenten ante Jestis y en su nombre le absuelvan. Para llegar a Jesis hay que romper el tejado de la casa, es de-
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