BCCPAM000522-3-21000000000000

a ene FY } t + ¥ | t { } e - } } 6 de sus obras, que son monumentos imperecederos del sa- ber y actividad humanos. jAsi esfudidramos nosotros con esa asiduidad la San- ta Biblia y nos familiarizaramos con ella para aprender el recto uso de la misma, en su sentido literal y mistico, y ex- traer de la palabra de Dios todo el jugo moral, alegérico o anag6gico, que se encierra en ella! La Santa Iglesia, siempre vigilante, solicita y atenta a la salvacion del pueblo cristiano, no deja de lanzar de tiem- po en tiempo reglas, normas o tal vez reproches y acrimi- naciones sobre sus ministros, encargados de predicar la divina palabra. sabiendo bien que del modo de predicarla al pueblo, depende que produzca en este los efectos, que de si esta llamada a producir; o lamentando no ver mas piedad en los pueblos, mas frecuencia de sacramentos, mas cumplimiento de los mandamientos de Dios, no_preci- samente por falta de predicaci6n, sino mas bien por haber- la falseado, no predicandola en aquella forma y rodeada de aquellas circunstancia que hacen su éxito seguro y co- mo infalible. Como caen del cielo la lluvia y la nieve y no vuelven a subir a él, sino que empapan la tierra, y la fecun- dizan y la hacen germinar sus frutos, y’ dar semilla para sembrar de nuevo y pan para comer «sic erif verbum me- um, quod egredietur de ore meo: non revertetur ad me va- cuum, sed faciet queecumqui volui, et prosperabitur in his, ad que misi illud» (Isai LV, 11 - 12). te Registrad todos los documentos emanados ya de los Soberanos Pontifices inmediatamente, ya de los Concilios, ya de las Sagradas Congregaciones Romanas, referentes a la predicacion de la palabra divina, y veréis cémo es lo primero que se recomienda en ellos, después de las dispo- siciones personales del predicador, el empleo de la Sagra- da Escritura, tanto respecto a los asuntos que se han de predicar, como con respecto a la alegacién de textos bibli- cos para comprobacion de la tesis expuesta. Nos pareci6o siempre digno de alabanza aquel Superior de Capuchinos, que, al terminar sus estudios los jévenes