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DE TBRCIARIOS FRANCISCANOS 55. Fin de este Congreso y el i+ tema del discurso oe" Hemos venido a este Congreso Terciario con motivo del centenario siete veces secular de su institucién 0 de su aprobacién oficial, a establecer, con Dios, la gran fraternidad de todos los elementos sociales, a confesar nuestra fe en el Evangelio, a ostentar nuestro uniforme de humildad, de pobreza, de pe- nitencia y oraci6n, a venerar y honrar al insigne héroe del Santo Evangelio, San Francisco de Asis, imagen del Salvador, a/fer Christus, otro Cristo sin divini- dad y segundo Redentor de la sociedad, de la familia y del individuo. No debe- mos, pues, salir de este Congreso Terciario sin jurar una, dos y tres veces la adhesi6n mas cordial ala observancia del Evangelio por medio de la Orden Tercera, y sin formar la gran fraternidad serafica con todos los navarros y cris- tianos del mundo, para que se cumpla el lema que hemos puesto a este discur- so: Fraternitatem diligite; Deum timete. Si; en éste Congreso, aqui debemos formar la gran cruzada franciscana contra todos los vicios y errores, y jurar con denuedo, o vencer o morir en las batallas del Sefior como nuevos Maca- beos y valientes soldados de Cristo. Nuestro santo y sefia debe ser, 0 Crisfoo Ja muerte. Nuestro ejército serafico no debe admitir pactos y conciliaciones con las corrientes sin Dios. Y a fin de que estos miles y millones de soldados estén siempre bien organizados y dispuestos para las mds encarnizadas_ luchas con- tra el mundo, el demonio y las pasiones de la carne, os hablaré de Ja gran fra- ternidad que establecié San Francisco de Asis con todos Jos elementos de la creacién para amar y servir a Dios. Proposici6én. En la fntima fraternidad, en la unién esta la fuerza; y en la unién, en la va- riedad la belleza que la definen: Unitas in multitudine et varietate. San Francis- co de Asis era amante apasionado de todas las bellezas dela naturaleza; y de las criaturas se remontaba al Criador, al orden sobrenatural, para de este mo do unir en Dios la admirable hermosura y variedad de todos los seres. Por es- to se dice, que San Francisco fué el Santo que mds am6 la creacién, el Santo que mds am6 la naturaleza y las criaturas; asf como también se dice, que fué el Santo que mas am6 a Dios, el Santo que mas imit6 a Jestis. Mas, sea de esto lo que se quiera, lo que intentamos demostrar es, que San Francisco establecio la gran uni6n, la gran fraternidad entre Dios y el hombre, entre la naturaleza y Dios, entre los individuos de todas las clases sociales y entre la autoridad y los subditos en la mds admirable armonfa y libertad. San Francisco establece intima fraternidad i-: i-: entre Diosyelhombre :-: :-: La verdadera fraternidad, la perfeccién, la santidad consiste en la uni6n con Dios en hacer su santisima voluntad por motivo sobrenatural. Cuanto més se haga la voluntad de Dios, tanto mas se acerca la criatura al Criador; y cuanto mas se aproxima a Dios, es tanto mas grande y perfecta. De modo que la me- dida de la fraternidad, de la santidad y de la grandeza‘del hombre es el mismo Dios, causa ejemplar, eficiente y final de todo lo existente. Antes de la Encarnacién del Verbo Divino podia el hombre alegar la excu- sa de que no podia imitarle, no podfa tener verdadera fraternidad con El, que.
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