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54 CONGRESO REGIONAL lista, sabe vestir el uniforme de la humildad y de la penitencia, el uniforme se- rafico, cifiendo su cuerpo con nudoso cord6n, y ostentando en su pecho el es- capulario o el habito de sayal de la Orden Tercera! Os llamaré con los Sumos Pontffices: «Nuevos Macabeos, soldados valientes de Cristo, y amigos predi- lectos de Jesis.» Y el nombre de castra Dei campamento de Dios merece este santo lugar, y el de baluarte del cristianismo este numeroso y denodado ejérci- to de Terciarios franciscanos. Porque resulta sobremanera grandioso y encan- tador ver aquf reunidos, en {ntima fraternidad serdafica, millares y millargs de al- mas de todas las clases sociales, con la misma librea, con las mismas ideas en la mente y con los mismos sentimientos en el coraz6n, mezclados en santa union, el rico y el pobre, el patrono y el obrero, el sabio y el ignorante, el co- merciante y el labriego, cumpliéndose al pié de la letra lo que canta el real Pro- feta: simul in unum dives et pauper. Esto es sublime; esto es hermoso sobre toda ponderaci6én; esta es la obra admirable del humilde y del pobrecillo Sera- ffn de Asis. Y, adhuc est fides in Israe/, ain hay fe en Navarra, atin hay espi- ritu franciscano en nuestros pueblos, ciudades y aldeas. Explicacion del tema Recibid, pues, una y mil veces la mas completa enhorabuena por vuestra acendrada fe y piedad, por vuestro entusiasmo serafico; y seguid adelante, li- brando gloriosas batallas del Sefior en aguerrido y siempre invencible ejército franciscano, cuyo Caudillo y Capitan Francisco, mostrando la sangre de las cin- co heridas de sus cinco llagas, os alentaraé para que jamds seais cobardes y lucheis bien unidos en la santa fraternidad, frafernitafem diligife. Pero no en una fraternidad masénica, filantr6épica‘o ldica, sino en la sélida y verdadera fra- ternidad serdfica y divina, en una_fraternidad sobrenatural, por medio de la ca- ridad y del temor de Dio . De modo que vuestro lema sea no solo, frafernita- tem diligite, sino también Deum timefe, amad la fraternidad y temed a Dios. Nada sin Dios. ‘ De este modo la Orden Tercera, como decfa Leén XIII, sera «el remedio mas eficaz para curar los males presentes, y el mejor medio para conducir de nuevo el mundo a la verdadera y sdlida practica del Evangelio»; puesto que las tres Reglas Seréficas son el mismo Evangelio compendiado y metodizado, y el propio San Francisco’es el Evangelio personificado. Leer muchos rasgos de la vida de San Francisco, es leer el Evangelio puesto en practica, porque este Se- rafin en carne mortal no se apart6, como dice la Iglesia en el oficio divino, mec apicem, nec jofa, ni un 4pice, ni una tilde, ni una jota de los preceptos y conse- jos evangélicos. Sigamos, pues, a San Francisco, y por medio de él seguire- mos el Evangelio; llevemos las almas a San Francisco, y, por Franciscum ad Jesum, \as llevaremos a Jesucristo; propaguemos la Orden Tercera, y con ella propagaremos la s6lida piedad cristiana; establezcamos la gran fraternidad ca- télica con el espiritu de San Francisco entre los ricos y los pobres, entre los capitalistas e industriales, entre los casinos, circulos, sindicatos, cooperativas, agremiaciones y toda clase de centros sociales; y la sociedad se regenerara y se salvard, porque esta_savia evangélica es la que ha de salvar al mundo, y no los_otros mil medios positivistas que se quieren excogitar, porque son puramen- te humanos, econémicos, materiales e interesados. Mientras se desprecie la po- breza, la humildad y la mortificacién de Jesucristo y de San Francisco y no cir- cule en toda la plenitud el Evangelio en todas las manifestaciones y obras so- ciales, domésticas e individuales, la cuestién social, que tan alarmante se pre- senta en nuestros dias, no se arreglard.

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