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aT CRS SR Tp ET ; - z i 4 am i t 50 CONGRESO REGIONAL Sefialando la alta ciipula del Vaticano qu: se yergue majestuosa sobre Ro~ ma y sobre el mundo entero, os diré: Allf ha sonado la voz del Papa; y su voz es un mandato imperioso. Al cumplirse este afio el Séptimo Centenario de la fundacién de la Orden Tercera de San Francisco, el Vicario de Jesucristo, revolviendo en su imagina- cién aquella fecha gloriosamente fecunda para la historia de la Iglesia, compar6 los afios del siglo XIII con los tiempos presentes y dej6 escapar de su coraz6n un grito de angustia y un grito de esperanza. Grito de angustia y grito de esperanza que dejé estampados con pluma mo- jada en Ia sangre del costado de Jesucristo y en la sangre del costado de San Francisco, en una luminosa Encfclica dirigida a toda la Cristiandad. Angistiase el Papa porque, a pesar de las voces de paz, que simulando sinceridad, lanzan al viento los prohombres de la politica y de la diplomacia, la aurora de la paz no brilla por ningdn horizonte. jNo_ brilla ni puede brillar!.. porque esas vivas llamaradas y esas negras humaredas de rencores que cubren las naciones y las sociedades todas civiles y domésticas, reconocen una causa que hoy podemos denunciar y condenar con la entereza de aquel ap6stol que exclam6 en tono de enérgica increpacion: «L/nde lifes inter vos? nonne ex concupiscentiis vestris? De donde proceden estas guerras, estas violentas rupturas, estos mutuos rece- los, estos rencores y esta universal inquietud? ;Del imperio de las concupiscen- cias!... He ahf el mal! que denuncia y ‘condena el Papa en su citada Enciclica Sacra Propediem. He ahi su grito de angustia. Esperanza del Papa Pero ¢qué es lo que infunde la esperanza en su oprimido corazon? Sobre el fondo negro de la depravada sociedad del siglo XIII vidse brillar la vivisima luz de San Francisco Serafin Llagado, cuyo cordén aparecié como arco iris en dfa de tempestad. A idénticos males, idénticos remedios: Brille hoy también esa luz; aparezca también hoy ese arco iris: «Es nece- sario preparar con huestes numerosas de creyentes, mediante la imitacién de San Francisco, el camino y el regreso a Cristo» ha dicho el Papa con firmeza: «Queremos—afiade explicitamente el Vicario de Jesucristo—que no haya ciudad, ni villa, ni aldea que no cuente con gran numero de Terciarios..» «Celébrese solemnemente el Séptimo Centenario de esa bendita y universal Institucidn que llamamos Orden Tercera de Penitencia; \a recomendamos con todo el pe$o de nuestra autoridad apostdélica.» Esa es la voz del Papa; esa es la voz que ha dado, mostrando a todos el albo cordén franciscano que cifie bajo sus vestiduras pontificales. — Y como las ramas de los arboles se mueven al contacto de la brisa regene- radora, haénse movido las diversas ramas de la fecunda Orden Franciscana an- te la voz del Papa. Y como agitébanse las aguas de la piscina saludable del pér- tico del Templo a una sefial del Angel, pénese en movimiento la Orden Francis- cana a una sefial del augusto Pontifice, angel custodio del mundo, que recoge en sus alas los oraculos trafdos del cielo en alas del Espiritu Santo. (Ap/au- sos.) Movimiento Franciscano ¥ en Roma celébrase un Congreso Internacional promovido por los Supe- riores Generales de las cuatro Familias Franciscanas y presidido por seis Emi-
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