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DE TERCIARIOS” FRANCISCANOS 49 Francisco en momentos de heréico renunciamiento: «Padre nuestro que estas en los cielos.» Permitidme luego, que fijando mi mirada en la imagen de aquel Santo, as- tro brillante que ilumin6é las oscuridades de la Edad Media, y ante quien este afio aténito se postra el mundo, le rinda el homenaje de mi admiracién, como le rendfs vosotros, sintiendo vivos anhelos de imitacién perfecta. Y ahora quisiera que los corazones y los labios de todos se movieran para ayudarme a expresar mi agradecimiento al venerable y bondadoso Prelado de la Diécesis, que afiadiendo un nuevo favor alos muchos que nos tiene otorga- dos, hase dignado aceptar ia presidencia efectiva de nuestro Congreso, que le fué ofrecida por la Junta Organizadora. Creo interpretar asimismo los sentimientos de todos los Congresistas y creo que todos aplaudirén un voto de accién de gracias al Rvmo. e Ilmo. sefior Obispo de Citharizo, que sin reparar en las molestias de un largo viaje y re- nunciando al descanso necesario, ha venido a honrarnos con su presencia; asi como al Rvmo. e Ilmo. Sr. Obispo de Jaca, que aunque en este momento no es- fa con nosotros por impedirselo su ministerio episcopal, dispénese, a fuer de fervoroso Terciario, a tejer una corona de alabanzas a San Francisco con su soberana elocuencia. Y no procederia yo como buen hijo del hidalgo Caballero de Asis, si me olviddra de la cortesia con que debo dirigirme a los Excmos. Sres. Gobernado- res Civil y Militar, lo mismo que a los demas sefiores representantes de las mas dignas y nobles entidades de esta capital para significarles mi agradecimiento con esta palabra clasica de la hermosa y sonora lengua castellana: ;Gracias! Elogio al Clero No quiero olvidarme, incurriendo en una preterici6n muy sensible, del vir- tuoso e ilustrado Clero pamplonés y del abnegado y herdéico Clero rural, a quien se debe principalmente la conservacién de la piedad en las legiones Ter- ciarias que aqui se hallan o estan representadas. El Clero rural y el Capuchino, unidos con los lazos del sagrado ministerio y con los lazos de la pobreza con- sagrada por la resignacién, han ido siempre de la mano y_ se han prestado mu- tuo apoyo en las luchas del Apostolado. Juntos han sufrido; juntos han trabaja- do en la heredad del Sefior, cuidando de recoger mieses espirituales més que de recoger laureles; juntos han levantado su voz envuelfos en el humo del in- cienso dentro de los templos; y, Ilamados a Santa Cruzada por el altar y por la patria, juntos han cafdo muchas veces envueltos en el humo de la pélvora en los campos de batalla, estrechando en la mano el signo santo de Jas victorias. (Aplausos). Finalmente, un fraternal saludo a todos los Congresistas. Sobre vuestro co- raz6n ostentdis la insignia serdfica, el blasén de la Orden Franciscana. En él esta representado el brazo de San Francisco, enlazado con el de Jesucristo. Es una expresi6n de la fntima cordialidad que rein6é entre el Pobre Divino de Nazaret y el Pobrecillo Serafico de Asis. Y debe ser también expresién de la cordialidad serdfica que a todos debe unirnos. Y cumplido mi primer deber de saludar a todos, complézcome en exponeros con franciscana sencillez el origen de este Congreso y lo que de él debemos es- perar. Iniciativa del Congreso.- El Papa éPreguntdis por el origen de este Congreso? gA quién se debe la iniciativa? 4

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