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406 CONGRESO REGIONAL »Deseamos saber pronto qué Misioneros vienen a Ponapé, pues no po- demos saber nada. »Basta ya. Mis saludos, Fray Sebastidn.»—Yo, /sidro En el afio 1920 los Jesuitas espafioles fueron encargados de las Misiones de Carolinas y Palaos. Profundisima pena nos caus6 el ver que pasaron a manos de otra Orden Religiosa aquellas Misiones fundadas por los Capuchinos, en las que tanto sufrieron nuestros Hermanos durante 30 afios y en las que han agotado su salud. Pero el afio 1920 nos sorprendi6 sin personal disponible por haberlo em- pleado todo en otras Misiones distintas desde que los Padres alemanes se encargaron de las Carolinas. : En los primeros meses de 1921 fué la primera expedicién de Padres Je- suitas a reorganizar aquellas florecientes cristiandades formadas y educadas por los Capuchinos. El Rmo. P. General de los Jesuitas al exhortar a los de Espajia a que se hicieran cargo de aquellas Misiones, les escribia para animarles, en 19 de Mar- zo de 1920: «En 1914 los Padres Capuchinos tenian en aquellas Misiones 14 estaciones o residencias mayores en las principales islas; 9 residencias me- nores en diversas islas; 63 escuelas y cinco internados con 900 nijfios ynifias. Bautizdbanse cada aiio unos 300 adultos. Habia 16 Padres y 16 Hermanos Legos, mas 12 Religiosas Terciarias Regulares...» Entre los PP. Jesuitas que desde Carolinas escriben, uno hay a quien podemos agradecer unas f °ses (siquiera sean breves y fugitivas) acerca de la labor apostélica de los M.- neros Capuchinos en Carolinas: Es el P. In- dalecio Llera, quien en carta jirigida a «El Siglo de las Misiones» (1) desde la isla de Choreor dice: Has‘a ahora casi todo el trabajo es ir reco- giendo el rebano disperso y el fruto de la misioén que los Padres Ca- puchinos //evaban maravillosamente encauzado. Y desde la isla de Ngarkabasang escribe:... La conversion de estos islenos se debe tam- bién a los Padres Capuchinos. Ya dispensaran los lectores que hayamos entretenido su atencién con estas notas histéricas, cortas e incompletas en si mismas, pero muy prolijas para este lugar. De aquellas Islas, teatro de las rudas fatigas y del intenso trabajo apos- tdlico de nuestros herdicos hermanos, eran los objetos que figuraban en nues- tra exposicién Misional de Pamplona. El conjunto formaba un completo museo, integrado por los distintos que poseen los Conventos de Lecdéroz. Pamplona y Fuenterrabia. He aqui el catdlogo de los objetos expuestos: (Propiedad de los Conventos de Pamplona y Fuenterrabia:) Objetos de Cocina. Palo yesca para encender el fuego (por frotamiento). . . . . 1. (1) n. 107 | / |
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