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DE TERCIARIOS FRANCISCANOS 405 . = - Quien desee enterarse minuciosamente de todo ello, vea la Revista ofi- cial de la Orden Capuchina «Analecta Ordinis Minorum Capuccinorum», la coleccién de <El Mensajero Serdfico», y el ameno é interesantisimo librito del P. Ambrosio de Valencina titulado: «Mi viaje a Oceania.» Solo afiadiremos que como resultado de la guerra yanki-espafiola (1898) las Islas Carolinas fueron vendidas a Alemania; por lo cual los Misioneros Capuchinos espajioles fueron sustituidos por Capuchinos alemanes. La labor de los Padres alemanes fué estupenda. Cada afio publicaban un elegante folleto ilustrado, de 64 paginas, en que hacian una minuciosa des- cripcién de los trabajos apostdlicos realizados durante el afio en,cada una de las islas. Levantaron una elegante Catedral en Ponapé, edificaron varias iglesias ademas de las que habian edificado |»s Padres espajioles, establecieron Es- cuelas de Artes y Oficios, imprentas, serrerias mecanicas, etc. Pero al principiar en 1914 la guerra europea, los Padres alemanes fueron hechos prisioneros por los soldados japoneses, quedando los indigenas priva- dos de todo auxilio religioso hasta 1921. Durante este tiempo algunos cristianos de Ponapé escribian cartas a los Capuchinos espafioles lamentando el tener que estar privados de la amable compaiiia de los Padres. He aqui una de las cartas que un indigena escribié (el 20 de Mayo de 1920) a nuestro Hermano Fr. Sebastian de Sangiiesa, que habia estado 16 afios en aquella Misién: . «La gracia de Dios esté con vosotros, amados Padres y Hermanos: Os su- plico que nos tengais presentes en vuestras oraciones; pues nosotros todos estamos atribulados por encontrarnos sin Pastor. Atravesamos dias de mu- chas dificultades, por no tener ni un solo Misionero; pero confiamos que. Je- stis y Maria Santisima cuidaran de nosotros hasta que venga algtin Padre. Cada dia esperamos con mas ansiedad la Ilegada de Misioneros. »Yo estoy trabajando en la Colonia para los japoneses, los cuales ocu- pan el terreno que fué de los Padres. Me dan 50 pesos al mes, empleandome en la maquina de serrar. El] maestro protestante japonés no se opone a la re- ligién catdélica. »Las iglesias que hay ahora son: una en la Colonia; una en Auak; una en Tamaroi; una en Parajap; una en Parem; una en Kiti, la cual no se ha po- dido terminar por haber sido expulsados los Misioneros. Muchos japoneses se han establecido aqui ocupando las casas que eran de los Padres. Los cris- tianos practicamos la religién los dias de fiesta; pero algunos se dejan arras- trar por la codicia y venden sus pobres hijas a los japoneses, los cuales han traido vicios muy escandalosos. »Rogad, Padres, por nosotros y por nuestros hijos para que persevere- mos en la Religién en dias de tanta prueba, siquiera hasta que vengan nue- vos Misioneros catélicos y podamos recibir los Sacramentos. »Saludos a Fray Julian y a los demas Padres y Hermanos, de quienes conservamos muy gratos recuerdos. Nuestros hijos también os saludan con afecto>. — Sa a Wor Sas TA mmcnacreipsammemarangass SST some seamen sei Sees rere

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