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+ 110 CONGRESO REGIONAL tumbrada la vieron los humanistas, herejes, religiosos de otras Ordenes y aun muchos amigos del Santo, que levantaron la voz contra aquellos <jesuifas o frailes de Jestis (de esa manera empezaron a designar por aquel tiempoenalgu- nas partes a los franciscanos) y desnaturalizando las cosas, acusaron al prego- nero o Predicador del Nombre de Jestis ante el Papa Martin V, de hereje, de idé- latra y hasta de Anticristo. En fuerza de tales acusaciones y calumnias, Bernardino, que a la saz6n se encontraba en Viterbo, hubo de suspender, por orden papal, su predicacién y comparecer en Roma ante el Sumo Pontifice, a fin de justificarse de tan graves inculpaciones, hasta tanto que la Congregacién de Cardenales examinara aten- tamente el asunto. Diése luego lugar a que todos los numerosos opositores pre- sentasen sus objeciones, hecho lo cual, se dié licencia a San Bernardino, con San Juan de Capistrano, su discipulo y hermano en religién, que, noticioso de la situacién-de su maestro, habfa apresuradamente venido a Roma a reivindicar su honor y a salir junto con él por la gloria del Divino Nombre; solos esos dos nobles atletas desvanecieron satisfactoria y cumplidamente las objeciones todas que los contrarios opusieron. El triunfo Testigo el Sumo Pontffice Martin V de la ciencia y santidad de los dos fran- ciscanos y del triunfo de la nueva devoci6n al Nombre de Jests, dispensdéles amplia libertad para que de nuevo enarbolasen la bandera de Jesis y para que predicasen y extendi¢sen por doquier el culto al mas augusto de los Nombres. Y para que particularmente en Roma, donde se habia calumniado a Bernardino, se reconociese su inculpabilidad, celebré el Papa mismo con todo su clero una solemne procesi6n, en la que se pase6 el Nombre sacrosanto de Jestis entre las aclamaciones de una gran muchedumbre entusiasmada. (1) Otros Apéstoles Al lado de estos dos insignes apéstoles y campeones del Nombre de Jestis la historia ha consagrado siempre los nombres de los franciscanos que van a continuacién: Santiago de la Marca, asombro de Italia, por los prodigios obra- dos en virtud de tan Santo Nombre; el Beato Bernardino de Feltre; el Beato Ber- nardino de Bustes, que compuso el oficio para Ja fiesta del Nombre de Jests; el de San Leonardo de Porto-Mauricio, que lo trafa a colacién con frecuencia en sus discursos y no se cansaba de rcpetir la Jaculatoria <Jestis mfo, misericor- dia,» que se ha hecho célebre y ha sido indulgenciada por la Iglesia. Cuantas ve- ces pronuncio estas palabras—decia San Leonardo hago intencién de ofrecer- me enteramente a Dios, de arrepentirme, de dar gracias, alabarle, suplicarle y amarle, uniéndome enteramente a su santa voluntad; asf es que ya sea que ca- mine, trabaje, descanse, coma, duerma y despierte, repito: «Jestis mio, miseri- cordia.» (2) En Italia se distinguieron ademas los Capuchinos San Félix de Cantalicio, que alardeaba de s6élo saber cinco letras coloradas y una blanca, a saber, las cinco del Nombre de Jestis y la primera del de Marfa. El Beato Bernardo de Ofi- da, que expir6é dulcemente pronunciando repetidas veces entre sollozos y suspi- ros amorosos los Nombres de Jestis y de Marfa. Ct. FPastor-ibid-loco citado. Item ee X, 118 sq.--item Bull. iV., 78 0-781 Cf. Manual Sdo. ? “ SA oa Sekee ee
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