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96 CONGRESO REGIONAL una revoluci6n 0 cambio social tan colosal como San Francisco de Asis, sin mas armas que el amor. , Datos mas concretos. Naci6, pues, la Orden Franciscana en el Sacratisimo Coraz6n de Jesiis, planté los principios mas sublimes en la teologfa para predi- car sus glorias y su reinado absoluto y universalfsimo, y difundi6 e] amor de Jesucristo hasta los ultimos confines de la tierra. Todos sus hijos se distinguie- ron en éste apostolado; pero principalmente S. Antonio de Padua predicé las maravillas del Corazén de Jestis a los Benedictinos de Limoges, y fué visto co- mo perla preciosa dentro del Coraz6n deffico; San Buenaventura es el predica- aor de las finezas del amor de Jestis y manda en el siglo XIII pintar su imagen rodeada de espinas y atravesada con tres clavos y cruel lanza, mereciendo ser autor de las lecciones del Oficio divino en esta fiesta; San Elceario, Conde de Ariano, decia que vivia dentro del Coraz6n de Jestis; Santa Margarita de Cor- tona le vi6 y le adoro en éxtasis, y profetiz6 que seria devocién conocida y ge- neral mas adelante; la bienaventurada Bautista Verani terminéd sus admirables meditaciones sobre los dolores mentales de Cristo o del Corazén de Jestis en el afio 1488; los PP. Ambrosio de Montesinos, Osuna, Guevara y Duefias ha- blaban en sus sermones del principio del siglo XVI del deffico Corazén; y pos- teriormente va tomando cada vez mas incremento esta devoci6n con las reve- laciones de una terciaria: de Sta. Ursula y del Beato Juan de Eudes; hasta que la terciaria Santa Margarita Maria Alacoque la llev6 a su complemento. El primero que en el mundo establecié en la debida forma la Cofradfa del Coraz6n de Jestis fué San Leonardo de Puerto Mauricio, en la Iglesia de San Teodoro de Roma; y el primero en preparar el culfo littirgico y en escribir la Le- tania del deffico Coraz6n, el bienaventurado Juan de Eudes, terciario francisca- no. No podia salir otra cosa de la Escuela Seraéfica de San Francisco, que, cha- ritate vulneratus, herido con las cinco llagas de amor y unido intimamente con © Jess, prorrumpia en gritos amoroso y compasivos, exclamando: E/ Amor no es amado! El Amor no es amado! Loco de amor, veiaa Dios en todas las obras de la creaci6n, y con la jaculatoria, Dios mio y todas las cosas! predicé el panteismo ortodoxo mas admirable que filésofo y tedlogo alguno pudo con- cebir, uniendo sin confusi6n de substancias, todas las criaturas en el Criador. En la versién espafiola de sus aureos Opiiscu/os hallamos varias poesfas de amor, y caemos con gusfo en la tentacién de copiar la siguiente estrofa: jOh! de amor mi Jestis, duefio amoroso; Sf; de amor y en tus brazos morir quiero; Amor, amor, Jestis, mi dulce esposo; Amor, amor, de ti la muerte espero; Amor, amor, Jestis, sedme piadoso; Rindete, y en tf me trueca placentero. Piensa, amor, que impaciente a tf me inclino; no sé donde me tienes, Jestis y todos mis bienes. Engélfame en tu amor todo divino. Nadie se debe admirar, en vista de esto, de que San Francisco de Asfs ten- ga una capilla especial en la basflica nacional de Montmartre, cerca de Paris, y que aparezca su figura en el monumento nacional del Cerro de los Angeles, cerca de Madrid, siendo sus hijos los primeros que promovieron la idea de es- te homenaje en Espajia al reinado del Coraz6n de Jesiis, que es como una ex- 7 tensién del culto que los Franciscanos tienen en el Huerto de Jetsemanf y en el - ep ; 4 4 '

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