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DE TERCIARIOS FRANCISCANOS 87 Los Terciarios ricos sean los primeros en dar ejemplo de espiritu de po- breza y mortificacién, para que los pobres se animen. Huyan del lujo, de la vana ostentacién, de espectaculos mundanos. Los Terciarios pobres, no olviden que son los hijos predilectos de San Francisco; revistanse del espiritu de paciencia y resignacién recordando que a los pobres de espiritu se ha prometido el reino de los cielos. En cuanto a la sumision y obediencia a la Santa Sede, nota primera- mente la peligrosa crisis por que atravesamos, a causa de la aficién a criti- carlo todo y a juzgar de todo, Los mds profanos se creen con luces y con _ derecho para discutir doctrinas y disposiciones emanadas de las més altas autoridades eclesidsticas. : Encarece la necesidad de que los Terciarios, siguiendo la tradicién fran- ciscana, den un alto ejemplo de sumisién a las autoridades eclesidsticas y de adhesion inquebrantable a sus ensefianzas. . Conclusiones: Propone las siguientes: 1.* Que se escriba y edite un libro expresamente para los Terciarios; que contenga la vida de San Francisco de Asis en forma amenae interesante con aplicaciones practicas para todos los estados y clases sociales. Puede constar de 600 o 700 paginas y en fodo é! hacer resaltar las virtudes caracteristicas del verdadero Terciario. Respecto de la caridad, puede hacer notar cémo el Tercia- rio ha de procurar vivir buscando siempre la paz y armonia en la familia, con sus conciudadanos, evitar la murmuraci6n, la envidia,. olvidar agravios, etc.; como ha de ejercitarse en obras de caridad espirituales y corporales. Respecto de la mortificaci6n y pobreza. La mortificacién en los ricos, vi- viendo apartados de ciertas fiestas demasiado brillantes, de teatros y cines al uso del dia, evitando o privanaose de algtin capricho, mortificacié6n en el lujo, modas, etc. La mortificacién en los pobres, haciendo de grado dela necesidad virtud, trabajando con gusto en su oficio, pensando que Jestis también trabajé y sudé como él y fué pobre como él, evitando la ociosidad y gastos que pueden oca- sionar algtin disgusto en la familia. Pobreza. Ser todos los Terciarios pobres de espfritu. Si son ricos de bienes temporales, no poner su corazon en ellos, pensando que son un poco de _ polvo y estar dispuestos a perderlos todos, antes que perder a Cristo. Los pobres de bienes temporales, resignarse con su suerte y dedicarse con asiduidad al traba- _ jo, considerando que la salud, la aptitud para el trabajo etc. son dones de Dios mas estimables que el dinero. Piensen ademds que no el dinero sino las buenas obras les haran ricos con Ja mas rica de las’ herencias, el reino eterno de los cielos. Respecto de las obligaciones de cada estado, pueden hacerse aplicaciones para cada uno de ellos. Lo mismo puede decirse de los deberes del Terciario para con el Romano Pontifice, los Prelados, el Parroco, la Parroquia, la socie~- dad, ete. Todo esto y mas puede constituir la materia u objeto de las aplicaciones practicas, que se deduzcan de la vida de San Francisco. éE! porqué de este libro? El Terciario necesita ilustrarse de su _misién, de

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