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A A .> 2. a dios y los legos hasta cumplidos los doce años entreguen y reciban las cartas abiertas, salvo siempre las que envíen á los Superiores ó reciban de ellos. Sean corregidos y cas- 3 tigados severamente los religiosos que con demasiada frecuencia escriben cartas con detrimento de la pobreza, de la caridad fraterna y de su aprovechamiento espiritual, ó con sus imprudencias siembran discordias ó divisiones en los conventos y en la Provincia, encizañando á los re- e, Po A AD A Pe TAI ligiosos. 204. Los que por razón de su oficio no están obli- gados al estudio de las letras, no se cuiden de aprender- las; mas procuren sobre todo tener el espíritu del Señor y su santa obra, orar á El con puro corazón y tener humil- dad y paciencia en las persecuciones y enfermedades. Además de esto aconsejamos á nuestros religiosos que, según la amonestación hecha por nuestro S. P.S. Fran- cisco en el capítulo décimo de la Regla, se guarden de toda soberbia y vanagloria, envidia y avaricia, cuidado y > solicitud de este mundo, de la detracción y murmuración de cualquier estado de personas, especialmente de los Prelados eclesiásticos, del Clero y de los religiosos; mas s tengan reverencia á cada uno, según su estado, estimán- dolos á todos como á hermanos y mayores en Cristo, Sal- vador nuestro. E CAPITULO XI 203. Porque, según el parecer de santos Doctores y en particular de San Jerónimo, los siervos de Dios deben huir y evitar con santa cautela el trato familiar de las mu- jeres, aunque sean piadosas; se ordena que nuestros reli- giosos de ningún modo, ni con pretexto de mayor bien ó santidad, ni á ruegos de pueblos ó de magnates tomen á su cargo monasteriosó casas de religiosas, ni sean sus confesores, á menos que á esto último les obliguen los >] RARAS EE A A O
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