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eprtorrocinV.n AAAAVVA CARTA DEL MINISTRO GENERAL AL SUMO PONTÍFICE sobre la revisión de las presentes Constituciones Beatísimo Padre: Conociendo bien N.S. P. S. Francisco, todo católico, apostólico é iluminado del Espíritu Santo, cuán importante y necesario es para todos, y singularmente para los religio- sos, el estar enteramente sometidos á la Sede Apostólica y unirse de corazón al Sumo Pontífice, Vicario de Cristo en la tierra; no solamente prometió obediencia en nombre de to- dos sus súbditos al Papa Honorio II y á sus Sucesores ca- nónicamente elegidos, sino que ordenó además, que su Ins- titución fuese como un dócil instrumento que, en manos de la Santa Iglesia Romana, pensase, sintiera y quisiese to- talmente como ella, y en todo caso la obedeciera y sirvie- se humilde y fielmente, como á Madre y Juez de todas las demás iglesias. Profundamente persuadidos de la celestial € inspirada sabiduría del Serafín de Asís, y obedientes á los mandatos de su Fundador, los Frailes Menores acogieron con rendida voluntad y encendido afecto de amor el espíritu de sumisión y de obediencia á la Cátedra de San Pedro, y fomentaron éste cariño y adhesión, guardándolos con vigilancia y celo cual preciosa herencia. Este espíritu, lejos de decaer y de extinguirse en el transcurso de los tiempos, así arraigó y se acrecentó en sus pechos, que llegó á constituirjno solamente una de las glorias más puras, sino el rasgo distintivo y la característica de la gran familia franciscana, la cual, según bella y gráfica expresión de León XII, como árbol rebosante