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Us 76. Paraque los nuestros con viva fé dependan siempre de su misericordioso Padre celestial, se ordena que no lleven provisión de comida para el camino, (ex- cepto en caso de necesidad,) y mucho menos si se ha de pasar por pueblos de gente buena y piadosa, 6 de con- vento en convento que disten poco, dejando el cuidado de símismosá Dios que no sólo sustenta á los animales, sino también á los que contínuamente le ofenden. "77. Seordena que en los lugares, villas 6 ciudades donde hay convento nuestro, ningún religioso se quede á dormiró comer fuera de él, sin grave necesidad; ni se atreva á entrar en el pueblo para cualquier asunto, sin presentarse primero al Superior del convento; y sin su li- cencia ninguno presuma ir á negociar, comer Ó dormir en casa de seglares, aunque sean sus parientes, la cual li- cencia no concedan los Prelados con facilidad. (1) Lo mis- mo se entiende cuando el religioso sale del convento pa- ra otra parte; y el que hiciere lo contrario sea castigado, según la gravedad de la culpa. '78. Cuando lleguen los religiosos al convento, como verdaderos hijos del Eterno Padre, vayan ante todo á la Iglesia, para hacer en ella alguna reverencia y oración, y luego se presenten al Prelado, mostrándoles la obedien- cia. Asímismo, cuando salen del convento por alguna cau- sa justa, además de la licencia, pidan la bendición al Su- perior, arrodillados, lo cual harán también cuando vuelven al convento; procuren evitar los religiosos las salidas inútiles y supérfluas. Los limosneros, que por razón de su oficio han de tratar á los seglares, no tengan con ellos largos razonamientos ni visitas inútiles, ni se les permita salir del convento más de lo que sea necesario; y enton- ces pórtense de tal modo en sus obras y palabras, que den de sí buen ejemplo y ganen para la Religión el afecto de los seglares. '79. Porque algunos de los antiguos Patriarcas, (2) (1) In Reg. S. Benedicti, (2) Gen. XVII, 2. $ pi by