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MA mesa hasta quese hayan dado gracias, guárdese silencio, el cual ningún Superior local puede dispensar á su arbi- trio, sino rara vez y por causa razonable; y haciendo lo contrario, sea corregido y castigado por el P. Provincial. En todos los conventos, terminada la recreación del me- diodía, se haga la señal del silencio que será guardado rigurosamente hasta después de Vísperas; por la noche, terminado el recreo, se guardará de la misma suerte hasta que se acabe la misa conventual del día siguiente; y quien lo quebrantare, diga en el refectorio cinco padrenuestros y avemarías con los brazos en cruz. Además se aconseja á los religiosos que siempre y en todo lugar hablen reli- giosamente sin levantar mucho la voz, porque levantarla y gritar es cosa que desdice en las personas religiosas. G1I. Para que nuestro cuerpo no se rebele contra el espíritu y en todo le esté sujeto; en memoria de la acerbí- sima pasión y especialmente de la dolorosa flagelación de nuestro dulcísimo Salvador, se ordena que la discipli- na acostumbrada en los lunes, miércoles y viernes no se omita, aunque sean días de grande solemnidad, y se ha- ga en la hora determinada: en la semana santa se hará ada día; y, al hacerla, piensen los religiosos con devoto afecto en su dulce Jesús, Hijo de Dios, atado á la colum- na, esforzándose por sentir en sí alguna partecita de sus dolores; y entretanto, dígase el Miserere, el De profundis, la antífona Christus factus est, con la oración Respice, la Salve con un verso y cinco devotas oraciones, terminán- dola con el Padrenuestro y Avemaría. 62. Para evitar todo aquello que podría ofender á la altísima pobreza, á la espiritual quietud y tranquila hu- mildad; y para conservar la paz con el Clero y huir de toda ocasión que pueda con el tiempo mancillar el buen nombre de nuestra Orden, se ordena que en nuestros con- ventos nunca se dé sepultura á los seglares. G8. Nuestrosreligiosos difuntos entiérrense en un lu- gar decente cerca de la Iglesia; y con este fin se ordena que, donde no lo prohiban las leyes civiles, haya en nues- 6