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E A e ¡Las ELA ME y e 32 — N. P. $. Francisco y sus compañeros, que aun se conser- van por reliquias, aparece en las pinturas antiguas y está escrito en las Conformidades; de modo que nuestro hábito tenga forma de Cruz para que reconozcamos estar cruci- ficados al mundo (1) y él á nosotros. Nuestrocíngulosea una cuerda con simples nudos, sin curiosidad ni singularidad alguna, para que, despreciados al mundo, tengamos oca- sión de mortificarnos más; y nuestros religiosos no usen sombreros, bonetes ni cosa supérflua. Los sacerdotes «que han terminado los estudios pueden llevar un modes- 4 to solideo, según la costambre de las Provincias; pero los coristas y legos no lo pueden usar sin necesidad y li- cencia del P. Provincial. as. En todos nuestros conventos haya una estancia donde se guarde la ropa de la Comunidad, y el encargado de ella cuidará de que dicha ropa esté limpiay remenda- da para las necesidades de los pobres religiosos, los cua- les, cuando de ella se hubieren servido y no la necesiten, la devolverán limpia con humilde reconocimiento. ¿ 84. Para que nuestros lechos sean semejantes al que tuvo pára morir Aquel que dijo: Las zorras tienen sus cuevas, las aves del áire nidos y el Hijo del hombre no tiene donde reclinar su cabeza; (2) por ser también mas vi- -——gilantes para la oración, y conformarnos con N. P. San Francisco, á quien sirvió de cama ordinaria la dura tie- rra; y finalmente, por asemejarnos á:N. $. J. C, Santo de los santos que tuvo la misma cama en el áspero desierto; se ordena que los religiosos duerman ordinariamente so- bre jergón de paja, cubierto con ruda tela, y vestidos con su hábito; mas si alguno por mayor austeridad quiere dormir sobre una estera ó sobre las tablas desnudas, lo 1 podrá hacer con licencia del Prelado, cuando se vea que ; no le ha de dañar. 85. Además de esto, por seguir la doctrina evangé- lica é imitar á nuestros antiguos Padres, se pueden tracr nr . o P O AA O A A y + El (1) Gal., VI, 14. (2) Matth., VII, 20; Luc., IX, 58.