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BE adornado con las sagradas llagas, sumamente deseaba nuestra salvación: y este aceptamos por glosa y exposi- ción de nuestra Regla, ya que con este fin lo escribió el mismo seráfico Padre, para que la prometida Regla mejor y más católicamente se guardase. S. Y porque en tanto somos hijos del Seráfico Padre, en cuanto imitamos su vida y doctrina, según aquello de Jesucristo á los hebreos: Si sois hijos de Abrahám, haced las obras de Abrahám; (1) por esto se recomienda á todos nuestros religiosos que se esfuerce cada uno en imitar á nuestro buen Padre, dado á nosotros por guía, norma y ejemplo, no sólo en su Regla y Testamento, sino también en sus fervientes palabras y santas obras: y para esto léa- se con frecuencia su vida y las de sus bienaventurados compañeros. S. Finalmente, porque nuestro Padre, siempre absorto en la contemplación del Sumo Bien é inflamado en amor divino, veía á Dios en toda criatura, especialmente én el hombre, mucho más en el cristiano, singularmente en el Sacerdote y sobre todos en el Sumo Pontífice; y quiso, se- gún la apostólica doctrina, (2) que sus frailes, por amor de Aquel que por nosotros se abatió tanto, estuvie- sen sujetos á su Divina Majestad en toda humana cria- tura; para conformarnos á nuestro humildísimo Señor crucificado que por nosotros se hizo siervo y obedeció hasta sufrir la horrible muerte de Cruz; (3) y por cumplir la voluntad de nuestro Padre, el cual nos dió el nombre de Menores, para que no solamente de corazón nos reputá- semos inferiores á todos, sino que también, siendo invi- tados en la militante Iglesia á las bodas del santísimo Esposo Jesucristo, procurásemos estar en el último lu- gar; (4) encargamos á todos los religiosos que obedezcan humildemente al Sumo Pontífice, Pastor supremo de to- dos los cristianos, á las Sagradas Congregaciones Roma- (D) loan. VII, 39. (2) I Petri, 11, 13. (3) Philipp., 1, 8. (4) Luc. XIV, TO. p p A AS e