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— 107— costumbres de la Orden, por minuciosas que sean; por- que, si estas se descuidan, es muy difícil pretender la ob- servancia fiel de otras cosas mayores. En efecto; la expe- riencia nos enseña á todos, que cuando un religioso es inobservante en cosas pequeñas, insensiblemente, como dice el Sabio, incurre en la infracción y desprecio de sus principales obligaciones: Qui spernit modica, paulatim de- cidet. (1) Por esto, recomendamos á nuestros Religiosos muy eficazmente en la caridad de N. Señor Jesucristo, que se dediquen con alma, vida y corazón á la puntual ob- servancia de la Regla de N. Seráfico Padre S. Francisco y de las leyes todas de nuestra Madre la Religión. De esta manera, nuestros Conventos serán como un Santuario donde se cultive la ciencia y la virtud, y un asilo donde reine como en su propia morada la paz y la santidad; y nosotros, sus felices moradores, merecere- mos una copiosa bendición del cielo, á la que irán vincu- ladas toda suerte de gracias en esta vida y una eterna re- compensa en la otra. Audi, fili mi, disciplinam Patris tui et ne dimittas legem Matris tuae, ut addatur gratia capiti tuo. (1) Eccli. XIX, 1. , e > mame 2. .- PQ - l F ¡| ¿A A PAS e

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