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CAPÍTULO V Un hijo distinto de lo que cree la mamá a] NA carta certificada para el Dr. Behring esperaba en la ¡Capitanía cuando regresó del hospital la familia Bam- y berg. Todos preparaban el viaje mientras el médico real se enteraba del contenido. No conocía la letra, que parecía fingi- da. Rompió el sobre y se encontró una hoja de papel con corona Ducal, y además un sobre cerrado y lacrado que ostentaba la mis- ma heráldica. En uno y otro escrito reconoció al escribiente. Leyó la hoja dirigida á él, y entre otras vaguedades decía, que por no sabgr á tiempo su salida de Berlín no le había dado la carta que incluía cerrada. Que le rogaba con todo encarecimiento la en- tregase ocultamente á Orlando, si aun vivía. Ya no le pareció bien á Behring volver al hospital, y cerrando la carta lacrada en otro sobre, la dirigió 4 Schorch con orden de entregarla á Orlando cuando estuviese restablecido, dentro de diez ó quince días en que ya se alimentaría de un modo regular aunque no pudiera levantarse. El viaje estaba ya preparado. A las 11'50 noche, salía el co- rreo para Alemania desde hacía varios días hasta nueva orden. A las 11'30 nuestros viajeros estaban ya en la estación pasean- do por el andén. Seis horas hacía que Raquel daba vuzltas y más vueltas en su cabeza á un problema que no sabía cómo finalmente resolver, y el tiempo que le quedaba era sólo 20 minutos. Imposible echar mano de ninguno de los medios ocurridos has- ta entonces porque temía en todos con razón serias dificultades; y más desde el encarguito de su mamá que ella había oído. A ' ' Ya ! il t