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XXI Apéndice tales, se rebatía la existencia del engaño por medio de pretendidas revelaciones del otro mundo. Entre los hipnotistas, por lo general médicos ú hombres mal dispuestos á reconocer las influencias espi- rituales, se encubre aquella intervención con apariencias que á primera vista no son tan fáciles de distinguir de los fenómenos fisiológicos y patológicos. Es cierto que por naturaleza difieren entre sí los prestigios de la Magia, Espiritismo, Magnétismo é Hipnotismo, pero también lo es que de las tres fases se ha servido el demonio para llegar al mis- mo fin, según la condición de las personas. Véase cómo lo clasifica el P. Mir. El espiritismo es una secta, el magnetismo un embeleco, el hip- notismo un arbitrio de serias y graves consecuencias; el espiritis- mo encierra una impiedad, el magnetismo dá materia de pasa- tiempo, el hipnotismo contiene un medio curativo de limitada y peligrosa aplicación; el espiritismo es diabólico, el magnetismo es un frivolidad, el hipnotismo es cosa natural sujeta á gravísimos inconvenientes; el espiritismo es una superstición, que á veces de- genera en teatral, el magnetismo entretenimiento de salón, el hipnotismo operación delicada, de más daño que provecho; el espi- ritismo lisonjea á los incrédulos, el magnetismo causa risa á los curiosos, el hipnotismo debe hacer temblar á los médicos; el espi- ritismo es uno de tantos baluartes contra la verdadera religión cristiana, el magnetismo se divierte en una de tantas vanidades, el hipnotismo puede ser la calamidad mayor de individuos y fami- lias. (1). El milagro para dejar á los tres burlados, puso tierra en medio y quiso depender de solo Dios, constituyendo el más pode- roso defensor de la religión, el consuelo de la familia, el decoro de la cristiana sociedad. El milagro es un efecto sensible, raro y extraordinario, producido directamente por el divino poder, sin que sea dable á causa creada tomar parte activa en su ejecución, si- (1) Espiritismo é Hipnotismo no difieren esencialmente. El Espiritismo es esencialmente irreligioso, inmoral; pero el Hipnotismo, que en muchísimos casos es lo que dice el P. Franco, no obstante empleado simplemente como me- dio terapéutico, con recta intención, buen fin, y con las debidas precauciones, por hipnotistas verdaderos y no por hipnotizadores charlatanes, la cosa difie- re. Por eso concluye su hermoso libro sobre Hipnotismo el P. Coconnier: El Hipnotismo franco no es de suyo diabólico. El Hipnotisn > franco no es de suyo maléfico. El Hipnotisn. > franco es algunas veces lícito,

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