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xv 1 Apéndice de su naturaleza... todo espíritu es más ligero que nuestro pensa- miento, en esto convienen ángeles bienaventurados del cielo y de- monios ángeles del infierno. En un momento están en todas partes, para ellos casi todo el mundo es un lugar. Por esto fácilmente saben lo que se hace en cada punto, y con la facilidad que lo saben lo di- cen... Por la Escritura sagrada y por lo que oyen los sermones de los Profetas, rastrean algunas disposiciones de Dios, y de allí to- man la certeza con que algunas veces anuncian lo futuro... Por la habitación del aire, por la vecindad de las estrellas y por el comercio con las nubes, salen las disposiciones celestes, y cuando ven la lluvía en la causa, la prometen. En la curación de las en- fermedades son llanamente benéficos; primero dañan y después dan el remedio, y entonces se entiende que curan cuando dejan de hacer daño. ¿Cómo diré las fuerzas, las trazas y las artes que tiene el demo- nio para ingeniar encantos engañosos? (1) Vamos, ¿se ven aquí re- tratados y mucho tiempo antes anunciados, los prestigios de la ma- gia moderna? Voy á terminar describiendo el poder de Lucifer con la doctri- na del profundísimo Suarez. Hablando en general de los ángeles describe: «Obran ciertos fenómenos que parecen maravillosos; no porque sean verdaderos milagros, sino porque conociendo bien, sin más que su inteligencia, la virtud de la naturaleza, la disposición de la materia, el influjo de los astros y demás; si lo observan todo atentamente, como pueden fácilmente hacerlo, y lo aplican con la mayor presteza, presentan fenómenos muy extraordinarios y al parecer milagrosos. De este modo hacen los magos, los entregados al diablo, cosas que parecen sobrehumanas, con el auxilio del de- monio». (2) Esto último no debe admirarnos, pues los Santos Padres, los más renombrados teólogos, los antiguos y modernos filósofos, dan por cierta esta inteligencia entre el diablo y el hombre que se le en- trega. San Cipriano, tratando de los magos de su tiempo que él cono- cía, de quienes los mediums espiritistas son remedo exacto, dice: «sus prestigios proceden de alianza con Satanás.» (1) Apología, c. 22. «De los demonios, de sus fuerzás y de sus acciones. (2)- «Disp. Metaph». 85 de potentia angelorum, no. 19, ,

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