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Ty Apéndice grinos, cual si se reprodujesen el tipo y letra de las supositicias personas. Hablan de ciencias y de artes, escriben páginas enteras sobre religión, ó sobre cosas que les consultan, y dicen donde está el alma del difunto por quien se les pregunta. La evocación de los espíritus suele realizarse con el concurso de ciertas personas que los espiritistas llaman mediums, y de las cuales se afirma que reci- ben esta facultad de repente y sin que ellos tengan conocimiento previo de su posesión. Lo que sí es cierto que se manifiesta en toda clase de personas, hombres ó mujeres, niños ó adultos. No puede ponerse en duda la existencia y realidad de los fenó- menos que acabamos de referir, pues si bien muchas Veces ha ha- bido ilusión y fraude, sería temerario el dudar de la veracidad de millares de ellos, presenciados por hombres prevenidos contra su realidad, por médicos, sabios, académicos; realizados muchos otros ante una multitud de personas de todas clases, estados y con- diciones; y atestiguados por fin en periódicos, revistas y libros de todo género. Eos. PA dl A veces, los católicos, cuanto más prácticos son, creen defen- der mejor la buena causa negando la veracidad de todo eso que á juicio de ellos es malo. Pero sepan que defienden mejor la buena causa poniéndose de parte de la Santa M. Iglesia; y ésta no lo ca- lifica todo de engaño, sino que reconoce, y condena, hechos ver- daderos. El Serenísimo Archiduque D. Juan de Austria, deseoso de apu- rar la verdad de las cosas, buscó en el mes de enero de 1884 al medium Harry Bastián, y señaló también lugar conveniente donde presenciar los prodigios del espiritismo. En compañía de siete personajes de calidad asistió al primer espectáculo, que consistió en ver centellas, oir sonidos y también espantosos estruendos en medio de la oscuridad. En la segunda sesión salió á luz la figura fantástica de Bastián y otras varias de mujeres vestidas de blanco; pero los espectado- res, que no creían en la realidad de los espíritus aparecidos, no aflojando en su propósito, concertaron que en 30 de enero se repe- tiría la función delante de mayor número de concurrentes, los cua- les quedaron aún menos persuadidos de la realidad tan pregonada de las cosas. El Archiduque, hincando con arte los dedos en el tablero se ed y E y o É a E ; :

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