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de 7 E TEA ATO Al el 520 Historia de una Cubana —¿Pues qué difunto ha podido aparecer con la misma figura de mi papá, y hasta con el mismo uniforme? Y además, ¿no dice la sagrada Biblia que deseando Saul ver y hablar á Samuel ya difun- to, acudió á la Pitonisa de Endor, y ésta lo evocó, poniéndolo de- lante del Rey Saul tal cual Samuel era antes de muerto? —$. $. ha dicho mucho en pocas palabras, pero ha comprendido luces y tinieblas, y yo tengo el encargo de poner la línea divisoria, para ver en claro una cosa y otra. El caso que aduce de la Divina Escritura es espiritismo puro, idéntico al suceso de su papá. Si al- guna diferencia hay, abona contra el espiritismo á la doctrina ca- tólica que os he expuesto sobre el poder de Dios, no de los hom- bres vivos ni muertos, sobre sus profundos juicios y altísimos fines. Aparte de que ese hecho, Saul pecó y ofendió á Dios gravísima- mente por haber ido á consultar á una hechicera, adivina, espiri- tista, medium diabólico, intermediario entre el demonio y los hom- bres ó como queráis llamarlo, aparte de haber ofendido á Dios gravísimamente, como le ofende todo el que recurre á esos medios espiritistas favorables al demonio y reprobados por Dios, ¿quién os ha dicho que fué el mismo Samuel lo que la espiritista puso ante el sacrilego Rey Saul? —Pues lo dice la misma Escritura. —¿Quién así os lo ha interpretado con magisterio infalible? Porque no faltan intérpretes y santos padres que niegan fuese el mismo Samuel quien se apareció. Y aún siendo el mismísimo Sa- muel, no fué por voluntad, por autoridad, ni por jurisdicción que la maga tuviese sobre él ni sobre el otro mundo, sino ocasión para castigar Dios terriblemente al sacrílego, que quedó como muerto, y oyó del aparecido estas terminantes palabras: ¿por qué me lla- mas si Dios te ha reprobado, se ha “apartado de tí, y quiere cum- plir contra tí todo lo que por mi boca te amenazó durante mi vida? Advierto, Señoría, que por consejo del profeta Samuel, el rey Saul había perseguido y exterminado, cuanto pudo, á todos los hechiceros, adivinos y espiritistas del reino de Israel, porque eran gentes entregadas en cuerpo y alma al culto de los ídolos, 6 sea del demonio. Después que Saul fué reprobado por Dios, y así se lo manifestó aún en vida el santo profeta Samuel, tuvo una declara- ción de guerra con el pueblo filisteo. Su corazón desmayó ante fuerzas enemigas tan superiores. Llamó á Dios en su auxilio; Dios
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