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¡ Novela histórica 518 piente. Esta tiene el halago en la cola, la fuerza en el cuerpo y el veneno en la boca. Al revés es la masonería. Esta al principio tie- ne la boca llena de halagos, promesas y bienandanzas; si un dia quieres retirarte de ella, verás tu persona anonadada entre sus il poderosisimas sortijas, y si de hecho te retiras, entonces finalmen- il te sabrás lo que es veneno. Ml Te afirmo, que quisiera más verte en los tribunales de justicia | volviendo á España, y en un calabozo hasta sentenciar tu causa, que no ahi en libertad aparente, pero dentro de los grillos de la logia. El tiempo será testigo. Manda á tu primo, el Obispo de... Octu- bre 30-1846». A A RT BORRADOR DE LA SEGUNDA CARTA DE MARTÍNEZ Berlin 14 de septiembre de 1847. o «Mi querido primo: Mi carta se retrasó ó se retrasó tu contesta- ción. Para cuando llegó á mis manos ya estaba yo casado. Ya ha- E ' 4 j ; y pensé que tal vez no querías correspondencia ni relación con tu pobre primo, que ninguna culpa tiene con lo sucedido entre nues- 4 y bía espirado el plazo prefijado por mi para resolverme. Primero 4 4 tras familias. En fin, dispénsame el juicio temerario. Por cosas más grandes tendrás que encomendarme á Dios. Debo empezar por decirte que estoy viudo antes de haberte escrito que ya me había :asado. Mi Flor se marchitó antes del año, al dar su primer reto- ño. Te asoguro que estoy peor que antes; casi solo de familia. Mi i cuñado, paralítico, y sin nadie más en casa. Nos gobierna una “ íntima amiga de mi difunta esposa. Si pudiese casarme con la cu- bana lo haría de buena gana, por algún motivo de conciencia, i | | ! aunque yo quería á una Clarita amiga suya. Si tienes ocasión de saber dónde para, ó puedes indagarlo, te lo agradecería mucho. ¿Se habrá vuelto á la Habana? No creo esté necesitada, pues es ri- | quísima; pero si algo le hubiese sucedido con su papá, quisiera yo ayudarla. De la masonería no hablemos. Tu carta, que no contesté, | llegó como profecía. Si hubiera estado enterado de todo antes de afiliarme, renuncio á todo esto y me vuelvo. Ya no es tiempo, ni dice con mi carácter presentarme con la embajada de que me bo- 83