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Novela histórica 511 l frir ó total naufragio, ó mucho detrimento cuando menos. Y esto, primo mío, no lo permita Dios. Antes quisiera mil muertes. Supon- go que la cubana al verse sin mí en Santander, habrá preguntado, | pero como nadie le habrá dado razón, es casi cierto su regreso á 1] Cuba, pues yo le había jurado me volvería desde el primer puerto. | No la quiero, aunque le estoy agradecido á regalos riquísimos, il Pero te afirmo que si en conciencia estuviera obligado á casarme, mejor me casaría con ella que con esta protestante, y es hermosí- sima. Pesa bien todo; yo no he de volver á Cuba, tal vez ni á Es- paña, y ella no ha de venir aquí, ni quisiera supiese mi paradero. Así pues, ¿qué me hago? Mi amigo insiste y persiste en que me UN AA A case con Flor, su hermana. Díme, pues, si en conciencia puedo cCa- sarme con hereje, y qué obligaciones tengo. Te saluda tu primo, A León Martínez. Berlín, 22 de septiembre de 1846. P. D. Mi amigo y su socio, un judío, me dicen, que hablarán ' con un tal Bismarck, que debe suponer mucho, y que tienen influen- l cias encumbradísimas para que yo entre en la milicia, cambiando mi nombre en otro inglés. Me vendrá bien lo aprendido en la Aca- demia. Precisamente es buena ocasión para ofrecer mi espada, aunque sea empezando como el último. El reino está revuelto, y acaso en guerra civil. También dicen de afiliarme á la masonería, y que no es como en España; que aquí es sólo de mutuo favor y socorro entre los socios. La dirección: mi nombre, Palacio Klops- toch, Berlín. Ni una palabra á mi familia. No quiero sec sepa mi paradero. Les dices que estoy en Africa». A e a e , ¡LARIOS FAA Ac ci TE TRIP : a a Carta original —Contestación del Obispo de... á León Martínez. tes á que haces referencia, no ha partido de mi familia, ni mis pa- dres ni yo hemos hecho nada para distanciarnos. Todo lo contrario, bien lo sabes, y no quiero recordarlo ni insistir sobre esto. Mi padre, : el hermano del tuyo, no quiso de ninguna manera contribuir para comprar fincas eclesiásticas. Esta fué la manzana de la discordia. Y por cierto que de esto no podemos arrepentirnos. Vamos á lo tuyo. Te advierto que estás citado ante los tribunales de justicia, 110 y te se busca. Supe por uno del pueblo que había estado allí una | señorita, hacia el 13 de septiembre y debe ser la cubana que dices, | | Mi querido primo: Bien ciertu es que la enemistad entre parien- ) ! !

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