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506 Historia de una Cubana tander pidiendo al principal de la agencia billete gratis para Cuba. —¿Cómo?-—le replicó extrañado el representante—¿no sabe us- ted que está ya embarcado el amo? A la carta enviada por indica- ción de V. nos contestó inmediatamente por cablegrama, anun- ciándonos que viene en el próximo vapor. Era lo que quería saber el buen calculador Saunier. —Lo sé que viene ya. También me ha dirigido 4 mí otro cable - grama, y en su ausencia exige que yo vaya para otro negocio que queda pendiente allí. Mangado le recibirá á él en Bayona. Y se llevó el billete y dos mil pesetas más. Llegó á Cuba cuando su amo recibía ya en Santander el primer desengaño, y no del todo convencido partía para Bayona. El granuja, entre tanto, satisfecho y sin estorbo, llamaba á su hotel con todo sigilo, un día antes de regresar el vapor, 4 Emma y su cuñado Biren, que estaba al frente de la casa. —¿V. por acá, Feron?—le preguntó sorprendido Biren herma- no. Emma no le conocía ni por Martín Feron, que era su propio nombre. . —¡Pchs! Chitón,—dijo Saunier poniendo un dedo en la boca. — Es uno de los dos que salieron en persecución de Martínez y que le han dado alcance al canalla—dijo Biren á su cuñada. —Pues si mi esposo está en España ya á estas horas... expuso la lince. —No está allí. Estará ya en Bayona, y acaso de regreso para Nueva York,«donde yo voy á esperarle. Sin que se aperciban aquí los dependientes, ni en casa los criados, tráiganme pronto, aún an- tes de comer, un traje completo de mi amo, con sombrero, botas reloj, todo, todo, y 25.000 pesos. No tengo momento que perder. —¿Pues cuándo vendrá mi esposo? —Señora, no me detenga, y dispense mi descortesía. Urge don Daniel, que no se me vaya el vapor. Emma y su cuñado volvieron á casa, y á la media hora ponían todo á disposición de Saunier. El tomó todo, y despidiéndoles hasta luego, hasta muy luego, se embarcó para Nueva York, pero desde allí inmediatamente para Burdeos y París. En esta última ciudad consumió todo lo ro- bado y á él le consumieron los vicios, arrimándose unos ocho años

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