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Novela histórica 497 deré vuestra libertad de acción—le decia—y nada tendréis que temer. Elisa se conformó. Entró, pues, D.* Brígida, y entró también Saunier. La feligresa se dirigió primero al Abate besándole la ma- no; Saunier no, aunque se le notó algún movimiento, alguna osci- lación, alguna intención de hacerlo. Pero no lo hizo. Cinco luises diera de buena gana D.* Brígida porque hubiera hecho aquel acto de reverencia al Ministro de Dios. Pero en fin, tambien quedó edificada la devota por la habilidad tan grande con que aquel santo ocultaba sus virtudes. Elisa, al re- conocerle, pudiendo hablar apenas, le dijo. ¡Ay!.. ¡señor! ¿sois vos? Desagradable sospresa de Saunier que pensaba encontrar á Elisa ciega, 6 moribunda. ¡Cuánto le debo! No sabía yo fuese V... Ahora reconozco cuán verdadero es su amor. Dispense... Dispense... me porté muy mal no contestándole siquiera. Y hacía pausas larguísimas por el asma y por la tos. No sorprendió poco esta salida á D.” Brígida, pues ignoraba que aquel santo de su devoción hubiese escrito ya cartas de amor á Elisa antes de ser robada. El Abate no comprendía el nuevo giro que aquello tomaba. Sólo se hizo en silencio esta reflexión: ¿luego él ha escrito á esta señora cartas amorosas en otro tiempo, antes de llegar á este estado? No es pues sólo la caridad la que le mueve á tan extraña pretensión. No sé. Y á pesar de mis años en Bayona no conozco á este señor. —No sé con qué pagarle tanto amor manifestado—continuaba la enferma—y tanto como le debo... Elisa iba 4 terminar la frase con un «Dios se lo pagará» - pero Saunier aprovechó la obligada pausa de la enferma y llenó el pe- ríodo diciendo: —Ratificando aquí, ahora mismo y con testigos, el sí que me ha dado esta mañana. Nada más natural y puesto en razón—pensaba para sí D.* Brí- gida, pero no se atrevió á adelantarse al Abate. —No, no, eso no, no puede ser —replicó Elisa.—Ya V. en toda su caridad me sabrá dispensar. Dios sabe cuán agradecida estoy; pero eso no puede ser. —¿Y por qué no puede ser esta tarde lo que podía ser esta ma- ñana? Saunier mesurándose. 382