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476 Historia de una Cubana A Elisa cautivó virtud tan acrisolada. Por curiosidad hubiera querido conocer á la tal persona. Todos los días, mañana y tarde, D.* Brígida visitaba á su en- ferma. Cuando trató con el cura de la parroquia sobre el bautismo de una niña mora, niña de cinco á seis años, le dijo que quería se llamase como ella, Brígida. Al saberlo Elisa que le querían poner Brígida Biren, se opuso tenazmente dando ella misma el nombre de su gusto. —¿Ese nombre tan feo? —Ese. G. Martínez. —¿Martínez? —L. Martínez. O no se bautiza. Y á gusto de Elisa fué bautizada.

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