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40 Equivocación... —Si guardas cama hasta la tarde y me obedeces tomando ye- mas, leche, caldo y vino estarás bien y prometo llevarte hoy mismo. Raquel hizo inútilmente movimiento de levantarse en el acto como queriendo probar que estaba bien ya, para ir entonces mis- mo. Su mamá la acariciaba para tranquilizarla. —¿Pregunta por mí, mamá? —Se acuerda de todos, egoísta, y á todos nombra. Pero por mí ¿cómo pregunta? La ingeniosa madre sabía que para su hija era un dardo oirse llamar hermana, y con toda la habilidad y astucia que sugiere el cariño maternal, se apresuró á decirle: aun no ha salido de su bo- ca ni una sola vez «hermana». Me lo ha dicho Behring. í Y como flor sedienta que recibe una gota de rocío por la ma- ñana prevenida para las benéficas influencias del sol, y como alma atribulada que recibe un rayo de celestial esperanza, ó enfermo que recibe el bálsamo que necesita para su salud, así se reanimó aquella infeliz enviando de su corazón una sonrisa á los labios. Su madre la besó en la boca como queriéndola confirmar en su espe- ranza. Raquel recordó haber visto allí una figura antipática y pregun- tó á su mamá: ¿entrará luego la papista con el caldo? —No entrará más aquí, hija mía. Bastaba yo para cuidarte pero el General se compadeció de tu estado y mi cansancio de viaje y sin consultarme la llamó, pensando hacernos favor. Pero está bien educada, y...... -—No, mamá. Y no quiero verla más. Me ofendió. —¿En qué hija mía? —¿Eres sorda? ¿Pues no oiste con qué arrogancia y orgullo, co- mo menospreciando mi desairado amor, contestó que ella había amado siempre, y que siempre también había sido correspondida? Una sirviente, una enfermera, una pordiosera, una papista muer- ta de hambre. —¿Y qué, hija mia? El mundo es muy grande, el corazón muy libre, y bien ha podido encontrar á quien amar, y de quien ser correspondida. Pero si tú dormiste luego y no has podido apre- ciarlo. No sólo está bien educada, contra la regla general de las papistas, sino que es muy liberal, muy tolerante, reprobando las violencias que hacen los de su secta á la libertad de conciencia.