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Y A WE : b Y lí. y a E p Novela histórica 429 —Pero ¿decís que León está en la Habana? —Allí estaba, y allí está. Tenemos carta de él. —¿Con qué fecha? ¿Recordáis la fecha de esa carta? Carlos se detuvo un momento pensando si era 20 ó 21 de julio, miró á su hermana en auxilio de mejor memoria, y Pepita contes- tó en el acto que la fecha de la muerte de papá, 20 de julio. —¿Pero nada más habéis sabido después? —Nada más. ¿V. sabe algo de mi hermano? La más viva inquietud se retrataba en aquellos semblantes. Elisa que se consideraba ya impotente para encontrar á Martínez por sí sola, hubiera querido mover á todos los elementos para bus- carle, y sin más premeditación, y sin más consultas que á sus afec- tos, les contestó con el corazón destrozado. —Sé que León está en España ó está muerto en Cuba. —¡VirgenSantísima! —exclamó Pepita llorando sin poderse con- tener y extendiendo sus manos para estrechar las de Elisa. Esta había interesado con su contestación cuanto pudiera desearlo. —.Aquí llamamos la atención de los transeuntes. —¿Puede V. venir á ver á mamá?—rogaba Carlos. —¡No, no ¡por Dios! —replicó Pepita.—Es mejor que nosotros la prevengamos antes poco á poco por si hay una segunda des- gracia. —Si V. se dignase pasar mañana por casa... Lo prometió formalmente y Carlos le dió la dirección en una tarjeta. Elisa se retiró á Irún con el corazón enlutado. Era la última esperanza que le quedaba después de haber estado en T... verá Martínez con la familia. Y encontrar á la familia y nóá Martí- nez después de mes y medio que había desembarcado, no le dejaba la menor duda de que había cumplido su palabra volviéndose á Cu- ba desde el primer puerto, y por tanto que habría sido ya asesinado, Su cabeza se abrasaba, su corazón latía con violencia, se resintió su salud notablemente, y sin ganas de cenar ni de hablar, se retiró sola á su habitación para llorar libremente con toda la amargura de su triste estado. Sí que al día siguiente podría hablar de Martí- nez, pero ¿con quién? con quien no sabía más noticias que las que ella diese, y de todas las que ella sabía no podía ni debía dar nin- ERA RAR O A A o
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